Nobu: El arte de la perseverancia y la excelencia culinaria
Cómo Nobuyuki Matsuhisa conquistó al mundo con su estilo único, superando tragedias, incendios y barreras culturales
En el mundo gastronómico, pocos nombres generan tanto respeto y admiración como Nobuyuki Matsuhisa. Este chef japonés no solo ha revolucionado la cocina de fusión, sino que también se ha convertido en un símbolo de resiliencia, creatividad y dedicación absoluta a su arte. El documental “Nobu”, estrenado este año, arroja una luz íntima sobre su extraordinaria vida y carrera, revelando no solo los platillos exquisitos que lo convirtieron en leyenda, sino también sus cicatrices emocionales profundas y la filosofía que guía su imperio culinario.
De Tokio a Lima: El inicio de una visión
La historia de Nobu comienza como muchas grandes epopeyas: con un sueño y múltiples fracasos. Nacido en 1949 en Saitama, Japón, Matsuhisa comenzó su carrera trabajando en restaurantes tradicionales de sushi. Sin embargo, su vida cambió drásticamente cuando decidió aceptar una oferta para trabajar en Perú en 1973. Allí, enfrentándose a un entorno completamente nuevo, se vio forzado a improvisar platos japoneses con ingredientes locales —y fue entonces cuando nació su estilo característico, lo que más tarde llamaría “Nobu style”.
Este estilo mezclaba técnicas tradicionales japonesas con ingredientes andinos poco convencionales : ají amarillo, cilantro, mariscos amazónicos. Aunque no fue bien recibido por todos al principio, plantó las semillas de una revolución en la gastronomía internacional que florecería décadas después.
Los obstáculos forman el carácter
El documental dirigido por Matt Tyrnauer muestra sin tapujos los momentos más difíciles en la vida de Nobu. Tras abrir su primer restaurante en Alaska, un incendio lo destruyó todo. Fue un golpe devastador no solo financiero, sino emocional. Además, la película revela uno de los episodios más dolorosos en la vida del chef: el suicidio de su mejor amigo y socio, Sakai.
Durante una entrevista, Nobu se quiebra en cámara al recordar a su amigo. Es un momento crudo y profundamente humano que transforma el documental en algo más que una crónica culinaria: es también una lección sobre el duelo, la recuperación y la valoración de la vida. Como confiesa el propio chef: “Incluso si mi vida fue dolorosa, aprendí del dolor. También aprendí mucho amor de quienes me apoyaron. Nada se pierde si se aprende algo.”
Excelencia como religión: el imperio Nobu
Hoy en día, el nombre Nobu está unido a más de 50 restaurantes de alta gama y varios hoteles de lujo repartidos por todo el mundo. Desde Nueva York hasta Dubái, sus locales son sinónimo de sofisticación y perfección estética.
Parte de esta calidad inquebrantable se debe a su obsesión por el detalle. En el documental, observamos cómo Nobu corrige sutilmente a los chefs en entrenamiento, observando hasta el más mínimo corte o trazo. Esto revela su pasado como diseñador gráfico antes de ser cocinero, habilidad que aplica meticulosamente en la presentación de cada plato.
“Los platillos deben ser correctos desde el ángulo en que se vean”, explica Tyrnauer. “Filmé con cámaras sobre el hombro, en el techo, a nivel del plato, porque cada ángulo muestra la precisión con que trabaja Nobu. Su estética, como su sabor, es milimétrica”.
Un líder en tiempos modernos
Lejos de adoptar la dureza y el mal carácter de otros chefs de renombre —dígase Marco Pierre White o Gordon Ramsay—, Nobu ha optado por cultivar una cultura organizacional basada en el respeto y el aprendizaje colaborativo.
Sus “equipos corporativos Nobu” viajan constantemente con él, visitando sus locales, entrenando nuevas generaciones y asegurando que su visión se mantenga inalterada. “Es una cultura muy civilizada que viene desde arriba”, comenta Tyrnauer. “Él entrena a sus chefs personalmente, les comparte su filosofía y sus valores. Eso no es común en un imperio tan grande.”
Una estrella inesperada: la cocina como arte visual y emocional
Con el auge de producciones como The Bear o Chef’s Table, la fascinación por lo que ocurre dentro de una cocina ha alcanzado niveles históricos. En este contexto, “Nobu” entra en el escenario como una obra documental más clásica, pero cargada de emotividad y aspiraciones universales.
“La gente pensará que es solo sobre buena comida, pero en realidad se trata de alma, dolor y superación”, dice Tyrnauer. En efecto, la estética de los platos y la impecable atención al detalle son solo la superficie de algo mucho más profundo: una vida marcada por el aprendizaje constante y la voluntad de no rendirse.
Una lección para la próxima generación
“No te rindas.” Esta frase resume el legado de Nobu Matsuhisa. Al ver el documental, uno se da cuenta de que lo más admirable no es su éxito financiero, ni siquiera su genialidad culinaria, sino su capacidad de sobreponerse al dolor y mantener viva su pasión. Frente a públicos jóvenes, el chef tiene un mensaje claro: “No olviden sus ambiciones. Vayan paso a paso.”
Con 76 años, Nobuyuki Matsuhisa no muestra señales de desacelerar. Sigue viajando, inspeccionando restaurantes, conversando con sus chefs y reinventándose continuamente. Es un símbolo viviente de que la grandeza no proviene del talento puro, sino del esfuerzo, del dolor transformado en belleza, y de una visión que se mantiene firme con el paso del tiempo.
Si algo queda claro después de ver “Nobu”, es que estamos ante la biografía de un hombre que cocinó no solo para alimentar, sino para inspirar.