Alianzas rotas y tensiones al límite: Rusia y Azerbaiyán en la encrucijada geopolítica
De aliados estratégicos a rivales desconfiados: cómo los intereses cruzados, los conflictos étnicos y las lealtades cambiantes están redibujando el mapa del poder en el Cáucaso sur
Una antigua alianza en declive
Durante décadas, Rusia y Azerbaiyán mantuvieron una relación basada en intereses mutuos: vínculos históricos, económicos y culturales que funcionaban como engranajes de una maquinaria geopolítica sofisticada. Sin embargo, las grietas comenzaron a aparecer con fuerza tras el estallido del conflicto en Ucrania en 2022, y hoy esa antigua amistad parece desmoronarse a un ritmo acelerado.
El presidente Ilham Aliyev ha estado al mando de Azerbaiyán desde 2003, y Vladimir Putin lidera Rusia desde hace más de dos décadas. Ambos hombres fuertes han cultivado regímenes autoritarios, con férreo control de los medios e instituciones políticas. Pero sus agendas ya no se alinean.
Karabaj: el epicentro del cambio
El conflicto en la región de Nagorno Karabaj ha sido el punto de inflexión en las relaciones ruso-azerbaiyanas. Este enclave, poblado en su mayoría por armenios étnicos, fue escenario de una guerra entre Azerbaiyán y Armenia tras la desintegración de la Unión Soviética en 1991. Durante décadas, estuvo controlado por separatistas armenios, mientras Rusia jugaba el papel de mediador, aunque de facto apoyaba a Ereván.
En 2020, gracias al apoyo de armas turcas y tecnología militar como drones Bayraktar TB2, Azerbaiyán logró recuperar vastas porciones del territorio. Rusia, aunque negoció una tregua e instaló tropas de paz, perdió progresivamente su influencia al no intervenir ni en 2020 ni en 2023, cuando Azerbaiyán reconquistó totalmente Karabaj.
Esta aparente inacción del Kremlin fue interpretada por Armenia como una traición, lo que abrió la puerta para que el gobierno armenio buscara alianzas con Occidente, y liberó a Azerbaiyán para fortalecer su alianza con Turquía y otros actores regionales.
El factor turco
A medida que Rusia quedaba atrapada en su guerra en Ucrania, Turquía aprovechó para fortalecer su presencia en el Cáucaso Sur. Los lazos entre Azerbaiyán y Ankara se han profundizado considerablemente. Ambos países comparten raíces étnico-lingüísticas y una visión común de expansión e influencia en Asia Central.
El presidente turco Recep Tayyip Erdoğan ha ofrecido respaldo militar y logístico a Azerbaiyán en enfrentamientos con Armenia, y ambos promueven proyectos estratégicos como el corredor Zangezur, que busca conectar Azerbaiyán con su enclave de Najicheván a través de territorio armenio, pasando por alto el control ruso.
Una economía entre la cooperación y la competencia
Durante muchos años, Rusia ha sido un socio comercial clave para Azerbaiyán. Moscú compraba gas y petróleo para consumo interno mientras Bakú exportaba su energía a Europa y Asia. Rusia era también el mercado principal para frutas, vegetales y otros productos agrícolas azerbaiyanos. Además, más de medio millón de azerbaiyanos residen oficialmente en Rusia, con estimaciones no oficiales que elevan ese número hasta dos millones.
Empresarios azerbaiyanos invirtieron con éxito en sectores como la construcción, el comercio y los servicios en Rusia. Sin embargo, las tensiones diplomáticas recientes afectan esta dinámica, con restricciones cruzadas, detenciones policiales, y represalias mediáticas.
Cuando caen los aviones: ¿accidente o provocación?
El 25 de diciembre de 2024, un hecho trágico sacudió las relaciones bilaterales. Un avión de Azerbaijan Airlines se estrelló entre Kazajistán y Rusia, dejando 38 muertos. Bakú acusó a Rusia de haber disparado por error desde sus defensas antiaéreas. Putin pidió disculpas, pero no asumió responsabilidad directa. Aliyev contraatacó acusando a Moscú de encubrir lo sucedido, lo que intensificó la crisis.
Este hecho provocó la cancelación de la visita de Aliyev al desfile militar del 9 de mayo en Moscú, un gesto simbólico de profundo peso. En su lugar, Azerbaiyán recibió poco después al ministro de relaciones exteriores de Ucrania, en otro acto claramente orientado a molestar al Kremlin.
Detenciones cruzadas y escalada diplomática
La chispa más reciente que encendió el fuego fue una redada policial en Ekaterimburgo, el 27 de junio de 2025, en la que fallecieron dos hermanos de origen azerbaiyano, Huseyn y Ziyaddin Safarov. Según versiones oficiales de Azerbaiyán, las muertes fueron consecuencia de torturas por parte de la policía rusa durante una investigación de homicidios del pasado.
La respuesta de Bakú fue inmediata: cancelación de visitas oficiales rusas, suspensión de eventos culturales y, posteriormente, la detención de 15 ciudadanos rusos (entre ellos periodistas de Sputnik y expertos en TI) en suelo azerbaiyano, acusados de diversos delitos.
Las imágenes de sus rostros golpeados despertaron indignación en Rusia, donde analistas conservadores clamaron venganza. El Ministerio de Asuntos Exteriores ruso convocó al embajador de Azerbaiyán, y Bakú respondió solicitando compensación por los muertos.
La sombra de Ucrania
El conflicto no puede entenderse sin la guerra en Ucrania como telón de fondo. Rusia ha perdido en gran parte su hegemonía en las antiguas repúblicas soviéticas. Azerbaiyán, al igual que Georgia o Moldavia, está explorando alternativas estratégicas. La llamada telefónica entre Aliyev y Zelenskyy, en la que este último ofreció apoyo frente a la “intimidación rusa”, puso en evidencia la ruptura del viejo orden postsoviético.
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció que los ucranianos “harán todo lo posible para echar más leña al fuego”. Aunque altos fiscales de ambos países están en contacto, hasta la fecha no se ha programado ninguna llamada entre Putin y Aliyev para calmar las aguas. El silencio es ensordecedor.
¿Un nuevo capítulo geopolítico en el Cáucaso?
El deterioro de las relaciones ruso-azerbaiyanas marca un cambio tectónico en la región del Cáucaso Sur, zona crucial para el tránsito energético, el comercio y la influencia entre Europa, Asia Central y Oriente Medio. A medida que Rusia se aísla cada vez más por su guerra en Ucrania, Azerbaiyán se afirma con ambición regional, acogiendo nuevas alianzas y desafiando estructuras heredadas.
Estamos, quizá, ante el nacimiento de un nuevo eje Ankara-Bakú, que busca desplazar el control logrado por Rusia durante más de un siglo. Lo que antes fue una asociación preferente, hoy es una relación envenenada por la desconfianza, la rivalidad y la revancha.
Y en medio, millones de ciudadanos azeríes y rusos observan con preocupación cómo antiguos aliados se convierten en adversarios. Como en el ajedrez —juego maestro tanto en Rusia como en Azerbaiyán—, cada movimiento es calculado. Y el rey aún no ha sido puesto en jaque.
Fuente de datos: ONU, OSCE, TASS, Ministerio de Defensa de Azerbaiyán, Eurasianet, Al Jazeera, DW, BBC Monitoring