Crisis cinematográfica en Italia: un fraude, dos renuncias y el escándalo detrás del “cine fantasma”
Un director estadounidense acusado de doble asesinato y una película inexistente destapan fisuras en el sistema de incentivos culturales de Italia
El escándalo que sacude al cine italiano
Italia, tierra de Fellini, Visconti y Sorrentino, enfrenta uno de sus escándalos más oscuros y surrealistas en el mundo del cine. A mediados de 2025, el Ministerio de Cultura italiano ha sido sacudido por una controversia que involucra a un supuesto director de cine estadounidense, una película inexistente y casi un millón de euros otorgados en incentivos fiscales.
El epicentro del terremoto: Francis Kaufman —también conocido como Rexal Ford—, un supuesto director nacido en California, arrestado en la isla griega de Skiathos por una orden de captura europea emitida por Italia. Es acusado de un doble asesinato ocurrido en Roma y vinculado a un fraude cinematográfico sin precedentes.
¿Una película fantasma?
“Stelle della Notte” (Estrellas de la Noche) fue el proyecto presentado por Tintangel Films LLC, la empresa que Kaufman dirigía bajo su alias. Según la documentación proporcionada por el Ministerio de Cultura italiano, esta película —una coproducción con la firma local Coevolutions Srl— jamás vio la luz, ni en rodaje, ni en producción, ni en festivales.
A pesar de eso, el falso director logró asegurar un crédito fiscal de 836.439,08 euros en 2023 a través del programa estatal de incentivos diseñado para promover el desarrollo cinematográfico en territorio italiano. Un sistema que ha funcionado durante años para atraer coproducciones internacionales.
La caída de los altos funcionarios
Como consecuencia del escándalo, el director del área de cine del Ministerio de Cultura, Nicola Borrelli, presentó su renuncia de forma inmediata y sin mayores explicaciones. Le siguió, días después, Chiara Sbarigia, quien también renunció a su cargo como presidenta del icónico estudio Cinecittà. Aunque Sbarigia alegó que su salida se debía a querer enfocarse en su papel como presidenta de la Asociación de Productores Audiovisuales de Italia, la presión pública y acusaciones de conflicto de intereses pesaban sobre ella.
El ministro de Cultura, Alessandro Giuli, compareció ante el Senado y fue enfático: “No más películas de fantasía” —una ironía dolorosa al referirse al fraude con una producción que solo existía en papeles—. Giuli también acompañó personalmente a la policía el pasado 27 de junio durante el allanamiento al ministerio, donde se confiscó toda la documentación relacionada con el caso Kaufman.
¿Cómo funciona el sistema de créditos fiscales?
Italia es uno de varios países europeos que emplea un sistema de incentivos fiscales para fomentar el rodaje de películas. Bajo este modelo, las productoras pueden recuperar un porcentaje de sus gastos en Italia a través de deducciones o reembolsos, siempre y cuando cumplan con ciertos requisitos documentales y una validación del proyecto.
Este sistema atrajo a grandes producciones como 007: Spectre o The Pope de Netflix, que eligieron locaciones italianas gracias a estas ventajas. En promedio, se devuelven entre el 25% y 30% de los gastos comprobados, con techos estipulados por el ministerio.
Pero el fraude de Kaufman demuestra que el sistema tiene fisuras importantes: es posible presentar documentación falsa, inflar presupuestos o incluso inventar producciones, siempre que se cumpla con el papeleo superficial.
Un asesinato agravante
Lo que vuelve este caso especialmente escabroso es que Francis Kaufman no solo es acusado de fraude económico. Según las autoridades italianas, es el principal sospechoso del asesinato de una mujer y su hija pequeña, halladas sin vida en el parque Villa Pamphili de Roma el pasado 7 de junio. Ambos cadáveres, según informes policiales, fueron encontrados desnudos, lo que sugiere un crimen con agravantes.
Kaufman fue arrestado en Grecia mientras vacacionaba en la idílica Skiathos, presumiblemente intentando evadir la justicia. Durante una videollamada con la fiscalía italiana, habría afirmado que es inocente, pero se negó a contestar más preguntas sin la presencia de un abogado.
Las críticas al Ministerio de Cultura
Mientras la Justicia avanza lentamente, la opinión pública no tardó en reaccionar con severas críticas al sistema cultural italiano. Legisladores opositores acusan al gobierno de falta de transparencia y laxitud en los controles.
En palabras de la diputada Giulia Conte, del Partido Democrático: “Hemos financiado con dinero público un crimen y un fraude. Ya no se trata de una falla burocrática; es una falla ética del sistema.”
Por su parte, el Ministerio de Cultura anunció una auditoría completa de todos los incentivos otorgados en los últimos tres años y la revisión de los mecanismos que permiten aprobar una producción.
Los antecedentes de fraudes culturales en Europa
Este no es el primer caso que involucra incentivos culturales mal usados. En 2018, España estalló con el caso del “cine en blanco”, donde empresas presentaban películas rodadas en papel pero nunca proyectadas. La justicia española sigue tratando de recuperar más de 15 millones de euros desviados.
En Francia, el conocido “affaire Dufflot” de 2016 implicó juegos de favores y desvío de fondos desde el Centro Nacional de la Cinematografía (CNC) a productoras fantasmas. Resultó en reformas duras al sistema y nuevas leyes sobre transparencia en el cine.
Italia, a pesar de su riqueza cinematográfica, no había enfrentado un escándalo de esta magnitud hasta el caso Kaufman.
Lecciones que deja el caso
- Control y verificación: No basta con presentar papeles; deben existir auditorías físicas de rodajes y validaciones externas de avance real.
- Identidades falsas: El uso de alias como en el caso de "Rexal Ford" revela la necesidad de mejorar los filtros de antecedentes y verificar identidades a través de embajadas o consulados.
- Vigilancia cruzada: Es crucial que haya un sistema de alertas entre ministerios y fuerzas de seguridad cuando los beneficiarios de fondos estatales estén siendo investigados por otros delitos.
“No más películas de fantasía”
El caso Kaufman se ha convertido en símbolo de todo lo que puede salir mal cuando el control institucional falla. Lo paradójico es que, en un país famoso por su aportación al cine fantástico, una película que nunca existió y un director con una identidad ficticia hayan provocado una pesadilla real en el mundo cultural.
Como lo resumió un editorial del Corriere della Sera: “En Italia, la ficción alcanzó a la realidad. Pero lo que antes llamábamos arte, hoy se llama fraude.”