Jacob Misiorowski: De la perfección al tropiezo en un abrir y cerrar de ojos
El joven prodigio de los Brewers mostró su lado más humano en su cuarta salida en Grandes Ligas. ¿Qué significa esta caída para su futuro y para Milwaukee?
Una promesa que volaba alto
El nombre de Jacob Misiorowski empezó a retumbar en todo el béisbol apenas aterrizó en las Grandes Ligas. Con 6 pies 7 pulgadas y una recta supersónica, el derecho de los Milwaukee Brewers se convirtió rápidamente en una sensación. En sus primeras tres aperturas, la palabra dominación se quedó corta. Llegó a acumular 11 innings sin hits, una salida en blanco ante Paul Skenes —el flamante número uno del draft de 2023— y un intento de juego perfecto que se rompió en el séptimo episodio frente a Minnesota.
Con una recta que tocó las 102 mph y un movimiento de brazo mecánicamente eficiente, parecía haber nacido para brillar en la élite. En sus primeras tres salidas, los bateadores rivales lograron apenas tres hits en su contra (3 de 49, .061 de promedio). No se había visto algo así desde principios del siglo XX: un lanzador con tantas victorias como hits permitidos en sus primeros tres juegos.
Todo apuntaba a que Misiorowski era más que una joya: era tal vez el futuro as de la rotación de Milwaukee.
Noche amarga en Citi Field
Pero en el segundo juego de una doble jornada frente a los New York Mets, el cuento de hadas tuvo una pausa. Misiorowski permitió cinco carreras, igual número de hits y tres boletos en apenas 3 2/3 innings.
El momento crítico llegó en la segunda entrada. Con dos outs, Misiorowski caminó a dos bateadores consecutivos. Luego, un inofensivo batazo del noveno bate Hayden Senger se convirtió en sencillo cuando el propio lanzador no pudo atrapar la bola de frente. Con las bases llenas y la presión acumulándose, Brandon Nimmo le conectó un grand slam con una slider de 96 mph. Inmediatamente después, Francisco Lindor —quien ha tenido altibajos este año— cazó una recta para sumar otro jonrón y dejar el marcador 5-0 a favor de los Mets.
El manager de los Brewers, Pat Murphy, fue claro: “No estaba en sincronía esta noche. Podías verlo desde temprano. Tenía el control por un pitcheo, luego el balón simplemente no salía igual. Se veía la frustración acumulándose”.
¿Qué falló exactamente?
Misiorowski explicó que el problema fue puramente mecánico. "Mis dedos estaban muy a la derecha de la bola, y eso generó un giro diferente al que estoy acostumbrado", declaró post partido. “Lo arreglé en la siguiente entrada, pero el daño ya estaba hecho”.
A pesar de su fallida presentación, registró pitcheos a 100 mph, y tocó las 102 contra Lindor. Sin embargo, cuando tu cadencia y control se desajustan, incluso el brazo más poderoso puede convertirse en un blanco para un buen lineup.
¿Quién es Jacob Misiorowski?
Nacido en 2002, Misiorowski llegó desde las ligas menores como una promesa con nivel All-Star. El sistema de ligas de Milwaukee apostó todo por él. Al ser llamado en junio, cautivó a todos desde el primer pitcheo. De inmediato, fue comparado con jóvenes como Hunter Greene o Paul Skenes, pero con mejores resultados tempranos.
Lo más impresionante ha sido cómo mantiene su compostura. Tras la derrota, dijo: “Es molesto, sí, pero yo sigo adelante. Es mi cuarto juego. Mejor aprender ahora en julio, que en octubre en playoffs”. Una mentalidad de veterano dentro del cuerpo de un prospecto.
Las opiniones de los rivales
Los Mets, quienes fueron sus verdugos, no pudieron evitar elogiarlo: “Tiene un talento tremendo,” dijo Nimmo. “Será emocionante verlo en el futuro”. Lindor añadió: “Es muy bueno. Tiene un futuro loco por delante”.
Lecciones valiosas en las derrotas
La clase que ofreció Misiorowski el miércoles no fue sobre cómo dominar, sino sobre cómo sobrellevar la adversidad. En la MLB, incluso los más grandes caen: Pedro Martínez fue destrozado por los Yankees en playoffs en 2004, Clayton Kershaw fue objeto de burlas por su rendimiento en postemporada por años pese a sus tres Cy Youngs, y Tom Glavine fue criticado por su inconsistencia fuera del Turner Field.
El hecho de que un lanzador tan joven ya hable de dejar las derrotas atrás al estilo Tiger Woods —quien siempre decía “borra el último tiro” antes del siguiente golpe— indica un coco fuerte. Algo imprescindible en un lanzador de élite.
¿Qué sigue para Misiorowski y los Brewers?
Para Milwaukee, ver a un rookie rendirse a medio juego podría ser una señal de alerta, pero también una oportunidad. El cuerpo técnico puede ahora trabajar en estabilizar su mecánica, establecer repertorios de pitcheo contra differentes lineups y enseñarle cómo navegar los momentos de presión.
En un equipo con aspiraciones a playoffs, Misiorowski puede consolidar un puesto vital en la rotación si ajusta los detalles que se salieron de control. Sus atributos físicos y mentalidad lo harán regresar mejor.
Un tropiezo no define una carrera
Misiorowski no es el primer prodigio en tener una mala noche. De hecho, el propio Justin Verlander fue bateado con facilidad en su cuarto juego en Grandes Ligas en 2005. Hoy, tiene un Cy Young, una Triple Corona de pitcheo y múltiples apariciones en la Serie Mundial.
Todo gran lanzador ha tenido su primer traspié. Lo que define su legado es cómo responde. Por lo visto hasta ahora, Jacob Misiorowski tiene todo para escribir un capítulo extraordinario en esta liga.
¿Lo veremos dominando octubre este año? Sólo el tiempo dirá. Pero si algo es seguro: este muchacho llegó para quedarse.