La guerra de precios de los autos eléctricos en China: ¿progreso o caos disfrazado?
El auge de los vehículos eléctricos en China ha traído consigo una feroz competencia que ahora amenaza la estabilidad de la industria automotriz
El milagro eléctrico chino y su lado oscuro
China se ha posicionado como el líder mundial indiscutible en la industria de vehículos eléctricos (VE), logrando una transformación que ha llevado a un auge sin precedentes en ventas y producción. Con más de 2.1 millones de autos vendidos en los primeros seis meses de 2025 por líderes del mercado como BYD, y la eliminación completa de motores de combustión en muchas de sus líneas desde 2022, a primera vista, todo parece un éxito rotundo.
Sin embargo, bajo esta superficie de eficiencia tecnológica y cifras deslumbrantes, se gesta una tormenta en la industria: una guerra despiadada de precios y una sobreoferta de fabricantes que amenaza con una crisis similar a la caída de Evergrande en el sector inmobiliario. ¿Estamos realmente ante el auge de una revolución verde sostenible, o simplemente ante un espejismo económico a punto de estallar?
¿Demasiados jugadores para un solo juego?
La política industrial china ha favorecido el crecimiento masivo de fabricantes de autos eléctricos, propiciando un entorno donde compiten demasiadas empresas ofreciendo productos similares. En 2024, se estimaba que había más de 500 marcas de vehículos eléctricos registradas en el país.
Como señaló el analista industrial Lei Xing, "los volúmenes pueden crecer, pero manejar la operación se vuelve casi imposible y terminas siendo un blanco fácil". En otras palabras, en esta carrera frenética por captar más consumidores a través de descuentos agresivos, las empresas están perdiendo la estrategia a largo plazo.
BYD: el titán que incomoda
El detonante reciente ha sido BYD, el líder del mercado y multiplicador de tensiones. El pasado 23 de mayo, BYD redujo el precio de más de 20 modelos, lo que desató otra ronda de reducciones de precios por parte de competencias como Great Wall Motors.
Wei Jianjun, presidente de esta última, advirtió públicamente que "el Evergrande de la industria automotriz ya existe, solo que aún no ha explotado". Su comparación, aunque dramática, busca alertar sobre un patrón preocupante: expansión rápida, altos niveles de deuda y modelos de negocio basados en prácticas de alto riesgo financiero.
El precio de la competencia sin sentido: la “involución”
En la jerga empresarial y social china, el término involución (nèijuǎn) ha cobrado protagonismo en los últimos años. Describe competitividad extrema donde los participantes se esfuerzan cada vez más sin resultados medibles o mejoras reales.
La competencia involutiva es exactamente lo que preocupa ahora al Ministerio de Industria y Tecnología de la Información, que ha calificado la actual guerra de precios como un peligro para la sostenibilidad de la industria. El gobierno chino ha comenzado a intervenir mediante llamados a la contención de precios, acuerdos entre fabricantes y nuevas medidas para normalizar la relación con proveedores.
Promesa de pagos a 60 días: ¿truco o transformación?
Una de las medidas más destacadas de este nuevo enfoque de "desescalada" fue el compromiso de 17 fabricantes chinos de VE, incluido BYD, de pagar a sus proveedores dentro de los 60 días. Anteriormente, muchas compañías retrasaban estos pagos por meses utilizando pagarés a corto plazo, lo cual aumentaba el riesgo financiero de toda la cadena de suministro.
Según Murthy Grandhi, analista financiero de GlobalData, "esta práctica recordaba peligrosamente a la estrategia usada por promotores inmobiliarios como Evergrande, y su colapso dejó a muchos proveedores con deudas impagables".
Las ventas se disparan... pero los márgenes se evaporan
El ritmo de crecimiento no se detiene. En la primera mitad de 2025, las ventas globales de BYD aumentaron un 31%, según un informe presentado en la Bolsa de Hong Kong. De estas ventas, casi la mitad fueron autos eléctricos puros, con el resto siendo híbridos enchufables.
No obstante, detrás de estas cifras se esconden problemas operativos: para mantener esa cuota de mercado, muchas marcas están vendiendo por debajo del costo, y algunas enfrentan problemas serios para mantener flujos de efectivo positivos.
La guerra ya cruzó fronteras
BYD ha duplicado sus ventas en el extranjero con 464,000 unidades vendidas fuera de China en el primer semestre de 2025. Ante el caos en el mercado local, muchos fabricantes están recurriendo a mercados exteriores como tabla de salvación.
Sin embargo, esta expansión también ha encendido las alarmas en economías como Estados Unidos y la Unión Europea, que ya han impuesto aranceles a los autos eléctricos chinos, citando competencia desleal debido a los subsidios estatales.
¿Y si el mercado colapsa?
Expertos como Jing Yang, de Fitch Ratings, mantienen la duda sobre si estas recientes soluciones llegarán a tiempo: "Vamos a observar cuán efectivas son estas medidas para revertir la tendencia de los precios y cómo esto impacta en la demanda de vehículos eléctricos en los próximos trimestres".
Los consumidores se han acostumbrado a rebajas cada vez más grandes. Si esta expectativa de menor precio no se controla—alerta Yang— podría convertirse en un círculo vicioso que detone una crisis de liquidez y confianza en todo el sector.
¿Lecciones desde las ruinas inmobiliarias?
La analogía con el coloso caído de los bienes raíces, Evergrande, aún resuena. Muchos analistas consideran que si el sector automotriz no actúa pronto para controlar el entorno competitivo, podríamos presenciar una cadena de incumplimientos financieros similar.
Además, la falta de innovación auténtica entre muchas marcas—que en lugar de diferenciarse apuestan por copiar diseños, funciones y precios—es otra señal clara del agotamiento de un modelo basado únicamente en la expansión acelerada respaldada por subsidios.
Una industria en vilo
Aunque el entusiasmo global por los autos eléctricos no se detiene, el caso de China es un recordatorio poderoso de que la velocidad sin dirección puede ser un peligro. El país ha logrado una hazaña tecnológica impresionante, pero ahora enfrenta una encrucijada: o encuentra la manera de estabilizar y regular un mercado que se autodestruye, o corre el riesgo de que su mayor logro industrial termine siendo su mayor crisis económica.
Como concluye un antiguo refrán empresarial chino: "El árbol más alto atrae más viento". Y en este bosque denso de fabricantes de autos eléctricos, pocos árboles están tan expuestos como BYD.