El drama en la rotación de los Yankees: ¿La maldición de los pitchers ha vuelto al Bronx?

La lesión de Clarke Schmidt se suma a una preocupante lista de bajas en los Yankees. Esta “maldición de lanzadores” pone en jaque las aspiraciones del equipo en la temporada 2025.

Un golpe devastador para los Yankees

Los New York Yankees enfrentan lo que parece un guión de horror para su rotación: Clarke Schmidt, una de sus figuras prometedoras en el montículo, probablemente necesite una segunda cirugía Tommy John. Con esto, su temporada 2025 se da casi por finalizada, y su regreso completo no se vislumbra sino hasta bien entrada la campaña 2026.

El mánager Aaron Boone lo confirmó el sábado: el ligamento colateral cubital del codo derecho de Schmidt está lesionado. Las palabras de Boone reflejan la resignación que comienza a instalarse en el club:

“Estamos asegurándonos de tener todas las opiniones, pero creo que es prácticamente inevitable," señaló.

Una rotación lastimada... literalmente

Esta baja no llega sola. Los Yankees ya han tenido una temporada plagada de lesiones en sus principales piezas de pitcheo. Repasemos la lista:

  • Gerrit Cole: fuera todo el año también por una cirugía Tommy John.
  • Ryan Yarbrough: fuera desde el 20 de junio por una distensión oblicua.
  • Yerry de los Santos: molestias en el codo.
  • Luis Gil: lesión en el lat derecho desde el spring training.

Pocas palabras bastan: lo de Schmidt no es una excepción, sino una tendencia muy preocupante.

El caso Schmidt: una promesa que luchó para florecer

Clarke Schmidt, de 29 años, fue seleccionado en la primera ronda del draft amateur de 2017 por los Yankees, procedente de South Carolina. Lo curioso es que ya había sido sometido a una cirugía Tommy John ese mismo año, antes de firmar su contrato profesional.

Durante 2024 se consolidó con una buena actuación: récord de 4-4, con una efectividad de 3.32 en 14 aperturas. Su mejor momento llegó precisamente antes del bajón físico: una racha de 28 entradas y un tercio sin permitir carrera, incluyendo una apertura de siete innings sin hits ante los Orioles y un récord personal de 103 lanzamientos.

Pero la alegría fue efímera. Ya en su apertura del 4 de junio ante los Guardians empezó a experimentar molestias en el brazo. Todo culminó en Toronto, donde solo pudo lanzar tres innings antes de ser retirado. Se encendieron las alarmas, y un MRI confirmó los temores.

¿Una segunda Tommy John? Las estadísticas no son alentadoras

Una segunda cirugía Tommy John no es como la primera. La tasa de éxito cae significativamente. De acuerdo con una investigación publicada por la National Library of Medicine, la tasa de retorno a un nivel similar de rendimiento tras una segunda intervención es cercana al 67%, en comparación con el 83% en la primera operación.

Además, el tiempo de recuperación tiende a ser más largo: se estiman de 14 a 18 meses, lo que pone en riesgo también la primera parte de su campaña 2026.

La caminata de Clarke Schmidt: la resiliencia como sello personal

Lo sorprendente es que, pese al devastador diagnóstico, Schmidt se ha mostrado sereno. Boone comentó:

“Hablé con él hace un par de horas y estaba de buen ánimo. Como diciendo: ‘Es lo que es’. Está obviamente devastado, pero también mentalmente ya está en modo recuperación. Él quiere arreglar esto y comenzar su rehabilitación.”

La actitud del lanzador recuerda a otras figuras que supieron reinventarse tras múltiples lesiones, como Nathan Eovaldi o Jameson Taillon. ¿Será Schmidt uno más en esa lista de resurrecciones?

¿Quién tomará su lugar?

Uno de los nombres que suenan como reemplazo inmediato es Cam Schlittler, lanzador derecho de 24 años que ha mostrado buen control en Triple-A Scranton/Wilkes-Barre con récord de 2-1 y efectividad de 3.80 desde su ascenso en junio. Schlittler representa una apuesta arriesgada, pero urgente.

Boone lo dijo claro antes del duelo frente a los Mets:

“Tendremos que insertar a alguien pronto. Estamos trabajando en eso.”

Un patrón repetido... ¿La maldición del brazo neoyorquino?

La rotación de los Yankees no ha sido la misma desde hace un tiempo. El factor común parece ser la inestabilidad médica:

  • James Paxton: múltiples lesiones entre 2020 y 2021.
  • Luis Severino: años marcados por problemas físicos, incluida también cirugía Tommy John.
  • Domingo Germán: inconstante en salud y disponibilidad.

En 2023, los Yankees estuvieron entre los equipos con mayor cantidad de pitchers enviados a la lista de lesionados, según Spotrac. La tendencia sigue en 2025.

Paralelismo con los Dodgers: ¿hay luz al final del túnel?

En el otro lado del país, los Los Angeles Dodgers están mostrando cómo gestionar una rotación fracturada. Con Blake Snell y Blake Treinen regresando justo después de la pausa del All-Star, y el regreso parcial de Shohei Ohtani como abridor ocasional, el equipo angelino empieza a recomponerse.

“Snell se ve bien. Está usando todos sus lanzamientos,” dijo el mánager Dave Roberts. Y con un bullpen también reforzándose, el ejemplo está puesto para los Yankees.

El eterno debate del “qué hubiera pasado si…”

La lesión de Schmidt reabre el debate sobre cuándo y cuánto exigir a un lanzador. ¿Debería Boone haber ido más despacio con él después de lanzar 103 pitcheos el 21 de junio? ¿Fue ese esfuerzo el disparador definitivo? Son preguntas que quizá nunca tengan respuesta, pero que marcan el debate de fondo sobre el manejo del pitcheo moderno.

También hay quienes apuntan a los programas juveniles. Schmidt, como muchos lanzadores actuales, tuvo un recorrido muy exigente desde ligas universitarias hasta profesionales. La sobrecarga acumulativa no es despreciable. Como dice el refrán: “Lanza más quien lanza menos.”

¿Y ahora qué para los Yankees?

La pérdida de Clarke Schmidt es una baja simbólica. Representaba no solo estabilidad rotacional, sino también esperanza. Sin embargo, no todo es oscuridad. El eventual regreso de Luis Gil y un posible refuerzo desde intercambios podrían brindar soluciones.

Pero una cosa es clara: la salud del pitcheo es el oxígeno del béisbol moderno. Y hoy por hoy, en el Bronx, ese oxígeno escasea.

La temporada aún no termina, pero las alarmas ya llevan semanas encendidas en la cueva de los Yankees.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press