Los Astros resurgen, los Guardianes se hunden: dos caras opuestas en la MLB
Mientras Houston domina a los Dodgers con su ofensiva y solidez, Cleveland enfrenta una crisis histórica de derrotas y carencias ofensivas
La redención texana: Astros sacuden a los Dodgers en su propio feudo
Los Houston Astros han encontrado una racha victoriosa que los impulsa como uno de los equipos más peligrosos de la MLB desde principios de junio. El domingo marcaron un nuevo hito al completar su primera barrida en el Dodger Stadium desde mayo de 2008, venciendo a los Los Angeles Dodgers 5-1 y extendiendo su marca a 24-8 desde el 1 de junio, la mejor de las Grandes Ligas en ese lapso.
El héroe inesperado fue Zack Short, quien, tras una batalla de ocho lanzamientos, consiguió una base por bolas con las bases llenas que rompió el empate en la sexta entrada, otorgando a Houston una ventaja que nunca cedería.
Pero los fuegos artilleros llegarían más tarde. En el octavo inning, Christian Walker y Yainer Díaz conectaron jonrones consecutivos ante el cerrador Tanner Scott. Luego, José Altuve añadió drama y distancia con un bambinazo solitario en el noveno episodio, dejando claro que Houston no está de visita: ha vuelto para quedarse.
Ryan Gusto: firme en la loma
El abridor de los Astros, Ryan Gusto (6-3), no fue dominante, pero brillantemente eficiente. Permitió una sola carrera en seis entradas, neutralizando la parte alta del orden de los Dodgers: Ohtani, Betts, Freeman y Pages se combinaron para sólo dos hits en doce turnos.
La efectividad de Gusto contrastó con la situación de los Dodgers, que recurrieron a Emmet Sheehan, quien, tras su cirugía de Tommy John, realizó apenas su segunda apertura de la temporada. Sheehan fue respetable en cinco entradas, pero Houston supo capitalizar ante el bullpen angelino.
Dato clave: Christian Walker, quien entró al juego con un OPS de 1.203 en el Dodger Stadium —el mejor promedio entre jugadores activos—, mantiene sus números de jugador maldito en Chavez Ravine: batea .349 con 21 jonrones y 38 carreras impulsadas en sólo 45 juegos allí.
Cleveland y su abismo: primera racha de 10 derrotas desde 2012
En la otra cara de la moneda están los Cleveland Guardians, sumidos en una sequía devastadora. Su derrota 7-2 en entradas extras frente a Detroit marcó su décima caída consecutiva, la primera racha de doble dígito en 13 años y la undécima vez en la historia de la franquicia que ocurre algo similar.
“Esto duele. Es como un puñetazo en el estómago”, dijo el mánager Stephen Vogt, visiblemente frustrado. “La única forma de salir de situaciones frustrantes es seguir trabajando y mantenernos positivos”. Pero su mensaje optimista se enfrenta ahora a la terca realidad de un equipo en caída libre.
Cifras que duelen
- Récord desde el 1 de junio: 9-22, la peor marca de la Liga Americana.
- Promedio de bateo durante la racha de 10 derrotas: .166, su peor desde 2020.
- RISP (corredores en posición de anotar): 5 de 52; con dos outs, apenas 2 de 31.
Su ofensiva es la principal culpable. Con la excepción de Steven Kwan y José Ramírez —ambos con promedio superior a .240—, el resto del lineup ha sido incapaz de aportar. Ramírez ha conectado apenas 3 hits en sus últimos 31 turnos, cayendo su promedio a .297 en la racha.
El bullpen también colapsa
El domingo fue el turno del cerrador Emmanuel Clase para añadir sal a la herida. Con dos outs en la novena, lanzó un wild pitch a 99.9 mph que permitió la carrera del empate. Peor aún, en la décima entrada, Trey Sweeney conectó un jonrón de tres carreras a Cade Smith, quien no había permitido uno en sus anteriores 81 apariciones. Fue, como dijo Vogt, “desgarrador”.
Para rematar la tormenta, Cleveland enfrenta una nube fuera del campo: el lanzador Luis Ortiz está bajo investigación por apuestas ilegales, una situación que lo dejó fuera del roster desde el 3 de julio.
Piratas: un récord inédito de blanqueos
En Seattle, Randy Arozarena conectó su 14° jonrón del año y George Kirby lanzó más de seis entradas sin permitir anotaciones para que los Mariners vencieran 1-0 a los Pirates. Fue la tercera blanqueada consecutiva de Pittsburgh, que vivió un fin de semana para el olvido en el noroeste estadounidense.
Y eso no es todo: los Pirates se convirtieron en el primer equipo en 84 años que participa en seis juegos consecutivos decididos por blanqueada, ya que llegaban de tres victorias sin permitir carreras sobre San Luis antes de ser apaleados por Seattle (6-0, 1-0, 1-0).
El abridor Paul Skenes —quien tiene una ERA de 1.94 y ha ponchado a 10 o más bateadores en múltiples salidas— volvió a brillar, pero su equipo no respondió. Suma un registro de 4-7, un triste ejemplo de cómo una gran actuación individual puede ser enterrada por una débil ofensiva.
Panorama final: inconsistencias, estrellas y desesperación
Lo que une a Astros, Guardians y Pirates en este momento de la MLB no es sólo el protagonismo. Es la lucha por el control: Houston lo ha encontrado al mezclar juventud, batazos oportunos y rotación confiable. Cleveland, por su parte, enfrenta una crisis ofensiva y mental que amenaza su temporada. Y Pittsburgh, aunque tiene talento joven como Skenes y promesas en el bullpen, necesita despertar con el bate si desea competir.
Con el Juego de Estrellas a la vuelta de la esquina y el cierre de mercado de traspasos cada vez más cerca, quien no estabilice su rumbo pronto puede quedar fuera de la conversación de octubre. En este momento, Houston parece contender, los Guardianes implosionan y los Pirates solo existen en la anécdota histórica.