Inundaciones en Ruidoso: ¿Estamos Preparados para la Nueva Realidad Climática de Nuevo México?

Una tormenta histórica, tres muertos y una lección urgente sobre gestión de riesgos tras incendios forestales en el suroeste de EE.UU.

Una tragedia evitable: el caso de Ruidoso

El martes 8 de julio de 2025, el tranquilo pueblo de Ruidoso, en las montañas del sur de Nuevo México, se vio sacudido por un desastre natural: tres personas perdieron la vida cuando el Río Ruidoso se desbordó tras lluvias torrenciales. Lo que muchos están catalogando como una tormenta sin precedentes tiene un trasfondo más complejo: una cadena de eventos desencadenada por incendios forestales previos y una planificación insuficiente ante el riesgo que estos conllevan.

Advertencias perdidas entre la saturación informativa

El Servicio Meteorológico Nacional (NWS, por sus siglas en inglés) emitió una serie de alertas durante la tarde. La primera fue a las 2:15 p.m., advirtiendo sobre condiciones propicias para inundaciones repentinas debido al efecto de una cicatriz de incendio cercana: la del South Fork. Casi media hora después, la alerta se actualizó a una emergencia por inundación repentina, una designación extremadamente rara que implica un "peligro particularmente alto".

A las 3:30 p.m., el nivel del Río Ruidoso había subido dramáticamente de 1.5 pies (0.45 m) a casi 6 pies (1.8 m), y posteriormente pasó los 20 pies (6 m) a las 3:55 p.m., según datos preliminares de la Agencia Geológica de EE.UU. (USGS). La capacidad crítica de desbordamiento en esa zona está situada alrededor de los 10 pies (3 m), lo que indica un desborde absolutamente fuera de lo común.

¿Qué son las cicatrices de incendios y por qué son peligrosas?

La aridez creciente y los incendios forestales recurrentes en el suroeste de Estados Unidos han dejado grandes extensiones de terreno sin vegetación. Estas "cicatrices de incendios" son áreas que antes estaban cubiertas de árboles y raíces que absorbían agua. Ahora, sin nada que retenga el agua de lluvia, ésta desciende rápidamente por las laderas quemadas, provocando deslizamientos de tierra, flujos de lodo y, como en este caso, inundaciones repentinas.

En Ruidoso, el incendio de South Fork arrasó más de 17,000 acres en 2022. Esa área sigue sin reforestarse de forma natural ni con procesos de restauración. Cuando las lluvias caen sobre estos terrenos quemados, el agua corre sin freno hacia los cauces de los ríos, que crecen súbitamente, incapaces de manejar tanto volumen.

Una tragedia con antecedentes y lecciones pendientes

No es la primera vez que algo así ocurre en Nuevo México. En 2022, las secuelas del incendio Hermits Peak/Calf Canyon en el norte del estado causaron inundaciones ocurridas en Las Vegas (Nuevo México), y en varias ocasiones han provocado escorrentías mortales. De hecho, las cicatrices de incendios se han convertido en un factor de riesgo climático recurrente en toda la región, desde Colorado hasta Arizona, pasando por California.

Sin embargo, la planificación ante este fenómeno no ha sido suficiente. Aunque hay monitorización por parte del USGS y el NWS, muchos residentes no entienden el significado de las alertas o simplemente no actúan lo suficientemente rápido. En Ruidoso, gran parte del daño ocurrió en menos de una hora.

¿Y dónde están las soluciones?

Expertos en gestión de riesgo y medio ambiente coinciden en varios puntos para mitigar futuras tragedias:

  • Restauración ecológica proactiva: se debe reforestar o cubrir las cicatrices de incendio con vegetación o mantas hidrológicas que ayuden a absorber el agua.
  • Infraestructura resiliente: crear muros de contención, canales de evacuación de agua e infraestructuras que tomen en cuenta los nuevos patrones climáticos.
  • Educación y simulacros comunitarios: familiarizar a la población con los significados de las alertas meteorológicas y entrenarlos para reaccionar rápidamente.
  • Alertas más inclusivas: difundir en varios idiomas y aumentar la accesibilidad de estas advertencias a personas sin teléfonos inteligentes o en áreas remotas.

El impacto humano: más allá de los números

Además de los fallecimientos, decenas de viviendas quedaron gravemente dañadas, especialmente en las áreas cercanas a Cedar Creek y Ruidoso Downs. Algunos testimonios de víctimas dan cuenta de situaciones angustiosas. María López, residente de Ruidoso desde hace más de 15 años, relató: "El agua entró súbitamente por la puerta trasera; no tuvimos tiempo de agarrar nada. En cinco minutos el patio era un río".

La falta de refugios apropiados en la zona y la rapidez con la que ocurrieron los hechos complicaron aún más las labores de rescate. La oficina de Servicios de Emergencia del Condado de Lincoln reportó tener que evacuar también a turistas alojados en zonas montañosas más altas.

Un panorama más amplio: el futuro del clima en el suroeste

Según datos del NOAA, el suroeste de Estados Unidos ha experimentado un aumento de 6-15% en precipitaciones extremas desde 1958. La temporada monzónica se ha hecho menos predecible y muchos suelos de la región están altamente erosionados por sequías prolongadas.

Este tipo de fenómenos ya no son raros. Son, lamentablemente, síntomas de un clima alterado estructuralmente. Y aunque no se pueden evitar las lluvias intensas, sí es posible gestionar mejor sus consecuencias.

Lo ocurrido en Ruidoso nos recuerda que el cambio climático no es solo sequías e incendios; también es lluvia, lodo y muerte. No podemos frenar las nubes, pero sí podemos evitar que tanto dolor se repita año con año.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press