Crisis en el Mar Rojo: El costo humano y geopolítico de los ataques hutíes

El hundimiento del Eternity C refleja la gravedad de los ataques marítimos en el mar Rojo y la creciente militarización de rutas comerciales clave

Un nuevo naufragio en aguas estratégicas

El reciente hundimiento del Eternity C, un buque granelero con bandera de Liberia, ha provocado una tragedia humana de gran magnitud. Según confirmó la misión naval de la Unión Europea, cuatro personas se presumen muertas y otras once siguen desaparecidas, tras el ataque atribuido a los rebeldes hutíes de Yemen. Diez tripulantes lograron ser rescatados con vida, incluyendo ocho filipinos, un griego y un indio, miembros del equipo de seguridad abordo.

Este incidente pone nuevamente en el foco internacional la peligrosa situación que se vive en el mar Rojo, una arteria naval vital por donde circulaba mercancía valuada en más de un billón de dólares al año. El hecho de que el Eternity C no haya estado escoltado, ni por fuerzas europeas ni estadounidenses, suma preocupación a la vulnerabilidad de este corredor.

Los hutíes y su guerra no declarada en el mar

Desde que estalló el conflicto entre Israel y Hamás en 2023, los hutíes, una milicia chiita respaldada por Irán, han lanzado más de 100 ataques contra embarcaciones internacionales, utilizando misiles y drones. Justifican estos actos como una muestra de solidaridad con la causa palestina en Gaza, aunque las víctimas de sus ataques frecuentemente no tienen relación con dicho conflicto.

El caso del Eternity C es especialmente trágico porque se han confirmado muertes y desapariciones, además de que se sospecha que los hutíes mantienen como rehenes a parte de la tripulación. La embajada de EE.UU. en Yemen, operando desde Arabia Saudita, ha calificado esto como un acto de "secuestro".

Precedentes alarmantes

No es la primera vez que los hutíes retienen a tripulaciones. En noviembre de 2023, capturaron al carguero Galaxy Leader y mantuvieron a sus tripulantes cautivos hasta enero de 2024. Ahora, con el Eternity C, se teme que la historia se repita, lo que representa un desafío tanto a los protocolos navales internacionales como al derecho humanitario.

El ataque se une a una lista creciente de asaltos marítimos hutíes que incluyen el hundimiento del buque Magic Seas semanas antes. Estos actos, además de ser violentos, son estratégicos: buscan presionar a Occidente, cortar rutas comerciales y minar la influencia saudí y estadounidense en la región.

¿Un nuevo campo de batalla marítimo?

El mar Rojo se ha convertido en un teatro clave de tensiones geopolíticas. La importancia comercial de este tramo marítimo, que conecta el mar Mediterráneo con el océano Índico a través del canal de Suez, lo convierte en un objetivo altamente sensible. Buena parte del petróleo transportado por mar, así como el comercio internacional entre Asia y Europa, lo atraviesan.

La Unión Europea y Estados Unidos han impulsado operaciones como Operation Aspides, para asegurar la zona, pero los recientes ataques demuestran que su radio de acción tiene aún varios vacíos.

Coste humano y económico

  • Más de 100 ataques hutíes desde noviembre de 2023.
  • Cuatro naves hundidas por misiles antibuque y drones explosivos.
  • Docenas de marineros han muerto o sido secuestrados, incluyendo a civiles sin vínculo con el conflicto israelí-palestino.

Todo esto afecta no solo a las víctimas directas, sino a las aseguradoras marítimas, a las navieras, a los precios finales del transporte de mercancías globales y, potencialmente, a la inflación en productos clave.

La respuesta internacional: entre la disuasión y la diplomacia

Estados Unidos ha optado por responder con ataques aéreos. Hace pocas semanas implementó una campaña de bombardeos contra infraestructuras hutíes, calificándola como una medida defensiva. Sin embargo, la continuidad de los ataques sugiere que estas operaciones no han tenido un efecto disuasorio sostenido.

La ONU ha instado a ambas partes a reducir la escalada, pero el conflicto se encuentra anclado en luchas de poder más amplias entre Irán, Arabia Saudita, Israel y las potencias occidentales. El mar Rojo es ahora una prolongación de los frentes abiertos en tierra.

Según el experto en seguridad marítima, Dr. Martin Murphy:

“Los hutíes han reinventado la guerra no convencional. Convertir barcos mercantes en objetivos militares altera completamente las reglas de juego del orden marítimo internacional”.

Filipinas, India y Grecia: marineros en medio del fuego cruzado

La mayoría de los marineros de barcos atacados provienen de países como Filipinas, India y Grecia, donde los empleos en alta mar constituyen una fuente vital de ingresos. Que estos marineros sean secuestrados o asesinados, sin ninguna relación con los conflictos que los rodean, pone en tela de juicio la seguridad de miles de trabajadores del mar.

Filipinas, de hecho, ha solicitado garantías internacionales para sus ciudadanos embarcados. En palabras del presidente Ferdinand Marcos Jr.:

“Nuestros compatriotas no pueden ser utilizados como piezas de ajedrez en los conflictos de potencias ajenas a su causa”.

El futuro de las rutas marítimas: ¿redirigir o proteger?

Varias compañías navieras ya han optado por desviar sus rutas por el Cabo de Buena Esperanza, como respuesta preventiva ante los ataques hutíes. Sin embargo, esto significa añadir semanas de navegación y superar importantes costos adicionales en combustible y logística.

Expertos estiman que más del 15% del tráfico marítimo mundial atraviesa el mar Rojo. Volver inviable este paso alteraría significativamente las economías europeas, asiáticas y africanas.

Mientras tanto, los debates diplomáticos entre EE.UU., Irán y los actores regionales siguen sin resultados concretos. La tensión por el programa nuclear iraní y sus alianzas con actores como los hutíes solo complica más el escenario.

¿Yemen: puente o peón geoestratégico?

El papel de Yemen —con un gobierno internacionalmente reconocido y vastas regiones controladas por los hutíes— es fundamental. Es desde su costa occidental, principalmente la zona de Al-Hudayda, que los rebeldes lanzan sus ataques. El país sigue sumido en una guerra civil desde 2015, lo que ha debilitado cualquier intención de control efectivo del territorio costero.

La posible posición de Yemen como plataforma iraní para hostigar intereses occidentales está en el centro del análisis estratégico global. Como advirtió el Congreso de EE.UU. en un informe de 2023:

“Permitir que los hutíes controlen el mar Rojo con libertad transforma uno de los corredores comerciales más importantes del mundo en una zona de guerra crónica”.

Un equilibrio pendiente

La comunidad internacional encara ahora delicadas decisiones: ¿escalada militar para proteger el comercio global o presión diplomática sobre Teherán y Saná? ¿Garantías humanitarias para los marineros o alianzas navales más potentes?

Lo cierto es que, con al menos 15 marinos muertos o desaparecidos desde la semana pasada, el mar Rojo ha dejado de ser un mar comercial seguro y se está convirtiendo en una arteria herida de la economía global. Mientras tanto, las familias de los marineros esperan noticias de sus seres queridos, y el silencio desde el otro lado del mar se vuelve cada vez más ensordecedor.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press