Incendio en Gabriel House de Massachusetts: tragedia, negligencia y un sistema en crisis
Nueve muertos, decenas de heridos y un cuerpo de bomberos en disputa: la realidad angustiante tras el incendio en un hogar asistido en Fall River
Una noche fatídica en Fall River
A las 9:50 p.m. del domingo 14 de julio de 2025, el sonido de las sirenas quebró la tranquila oscuridad del barrio cercano a Kennedy Park en Fall River, Massachusetts. Las llamas habían consumido gran parte del edificio frontal de Gabriel House, una residencia para adultos mayores. Lo que comenzó como una emergencia rápidamente escaló a una tragedia: nueve personas fallecieron y más de 30 resultaron heridas, entre ellas cinco bomberos.
Con escenas desgarradoras de residentes atrapados, gritando desde las ventanas y algunos colgando desesperadamente esperando ser rescatados, el incidente ha dejado una huella profunda en la ciudad y ha generado fuertes cuestionamientos sobre el estado del sistema de asistencia y preparación para emergencias.
¿Qué es Gabriel House?
Gabriel House fue inaugurado en 1999 y contaba con 100 apartamentos estilo estudio. Era conocido por ser una alternativa más económica para adultos mayores con recursos limitados. De acuerdo con su sitio web, el alquiler mensual iba desde $1,850 hasta $2,400, dependiendo de los servicios requeridos, y también ofrecía planes compartidos más económicos. La institución se promocionaba como un espacio seguro donde, según ellos, "si ocurre una emergencia, siempre habrá alguien para ayudar".
Los más vulnerables
La gobernadora de Massachusetts, Maura Healey, describió a los residentes de Gabriel House como una "población extremadamente vulnerable", con muchos en sillas de ruedas y que dependían de tanques de oxígeno. Las edades de las víctimas fatales oscilaban entre 61 y 86 años.
La ubicación de Gabriel House, en un vecindario denso y con estructuras de madera de hasta tres pisos, agravó la situación. Paul Ferreira, cocinero principal del lugar, comentó que muchos de los residentes habían pasado años luchando por encontrar vivienda accesible y habían encontrado en Gabriel House una aparente solución.
Un heroísmo limitado por la falta de medios
Unos 50 bomberos, incluidos 30 que estaban fuera de turno, respondieron al llamado. La policía rompió puertas y evacuó personas. Varios bomberos sufrieron heridas leves, mientras que algunos actuaron sin equipo de respiración, lo que aumentó los riesgos para ellos:
“Hicimos lo mejor que pudimos con lo que teníamos, y lo que teníamos no era suficiente”, dijo Michael O’Reagan, presidente del sindicato de bomberos de Fall River.
Bomberos y socorristas arriesgaron sus vidas para rescatar a los atrapados, aún cuando varios habitantes reportaron que el personal del hogar hizo muy poco por ayudar. Algunos residentes incluso afirmaron que no recibieron ninguna indicación ni acompañamiento por parte del staff durante la crisis.
¿Una tragedia evitable?
La causa del incendio continúa bajo investigación por la fiscalía del condado de Bristol, que indicó que el origen “no parece ser sospechoso”. No obstante, las críticas han apuntado a la insuficiencia de bomberos, y algunos denuncian que la falta de recursos humanos y tecnológicos fue determinante.
El jefe del cuerpo de bomberos, Jeffrey Bacon, manifestó:
“No podrías haber tenido suficiente gente para salvar a todos los que necesitaron ayuda anoche.”
No es la primera vez que Massachusetts enfrenta críticas por la densidad poblacional de sus centros de vivienda asistida y por la falta de planes logísticos de evacuación en caso de emergencia. La situación recuerda lo vivido en 2003 con el incendio en Rosemont Rest Home en Revere, donde murieron tres residentes. En ese caso, se descubrió posteriormente que no se contaban con detectores de humo funcionando en todas las estancias.
La herida abierta en Fall River
Fall River, con 94,000 habitantes, es la décima ciudad más poblada de Massachusetts. Sin embargo, también es una de las más pobres. Su historia, marcada por una economía obrera basada en la industria textil, ha transitado décadas de declive económico y escasa inversión pública.
En 2021, su imagen pública sufrió un duro golpe cuando el exalcalde Jasiel Correia fue condenado por corrupción. En ese contexto, la tragedia del Gabriel House no es solo un drama humano, sino también el reflejo de un sistema de asistencia social que marca diferencia entre clases económicas. “Estas personas murieron buscando refugio en la única opción que podían pagar”, dijo Ferreira.
Necesidad urgente de reformas
- Protocolos de evacuación: Gabriel House no ha divulgado de manera pública su plan de evacuación, ni cuántos miembros del personal estaban trabajando la noche del incendio.
- Capacitación del personal: Algunos residentes dijeron que vieron al personal correr sin dirección, y pocos intentaron ayudar a los residentes más necesitados.
- Dotación de bomberos: Fall River enfrenta un déficit de personal de emergencia. Según reportes del sindicato local, el número de bomberos por turno ha disminuido en más del 20% en los últimos diez años.
El propietario del inmueble, Dennis Etzkorn, ha declinado comentar respecto a la situación, aunque las autoridades sostienen que colabora con la investigación.
¿Qué dice la ley estatal?
En Massachusetts, las residencias de asistencia como Gabriel House están supervisadas por la Oficina Ejecutiva de Envejecimiento y Autonomía. No obstante, durante el último quinquenio esta agencia ha sido blanco de señalamientos por insuficiente fiscalización y por no garantizar que los centros cumplan con estándares básicos. Un informe del 2023 del Massachusetts Senior Care Association advertía:
“El 43% de las residencias asistidas no cuenta con sistemas modernos de detección y mitigación de incendios.”
Este accidente plantea una disyuntiva moral y social sobre si se está tratando con dignidad a los ancianos pobres en el estado.
Voces de resiliencia y duelo
En medio de la devastación, la comunidad ha comenzado a movilizarse. Se han habilitado centros de asistencia para las víctimas y organizaciones benéficas locales están recolectando donaciones para los sobrevivientes. Testimonios de solidaridad resaltan frente a la desolación.
“Vi a un bombero cargar a una mujer de más de 80 años sobre sus hombros, sin máscara, sin pensar en su vida, solo por salvarla. Eso es heroísmo puro”, comenta Lucía Martínez, vecina del sector.
Una tragedia que podría repetirse
El incendio en Gabriel House no fue solo un accidente aislado, sino una advertencia sobre el estado del sistema de atención de adultos mayores en EE.UU. Mientras industrias enteras giran en torno a tecnología punta y expansión urbana, las condiciones de vida de quienes construyeron este país parecen, en algunos casos, olvidadas.
Las preguntas que se formulan hoy en Fall River —¿Pudimos haber hecho más?, ¿Estamos preparados?, ¿Quién responde por los muertos?— podrían surgir mañana en cualquier lugar. Y eso, más allá del humo y las llamas, es lo verdaderamente alarmante.