¿El Mundial al borde del colapso climático? Fútbol, calor extremo y el silencio de FIFA
Analizamos cómo el cambio climático amenaza la salud de jugadores y aficionados, y por qué FIFA parece no estar lista para la crisis que se avecina.
Fútbol y calentamiento global: una combinación peligrosa
El Mundial de Fútbol es, desde 1930, la cita más prestigiosa del deporte rey. Históricamente, el torneo se ha jugado durante los meses de junio y julio, aprovechando el calendario estival del hemisferio norte. Sin embargo, con el aumento global de temperaturas, esta tradición podría estar al borde de la obsolescencia.
Los datos son contundentes. Desde la década de 1990, la temperatura global durante los meses de verano ha aumentado en promedio 1.05°C, según la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE.UU. (NOAA). En Europa, donde se han vivido veranos abrasadores, el incremento ha sido aún mayor: 1.81°C. Esto plantea una amenaza directa a la seguridad de jugadores y aficionados.
El Club Mundial de Clubes como señal de alerta
Si se necesitaba una advertencia, el reciente Mundial de Clubes en Estados Unidos funcionó como tal. Disputado en 11 ciudades del país entre el 14 de junio y el 13 de julio de 2025, varios partidos se jugaron bajo condiciones climáticas extremas. A pesar de ajustes en los protocolos —tiempos de hidratación, sombras en bancos, ventiladores de aire— jugadores como Enzo Fernández de Chelsea reportaron sentirse mareados por el calor.
“Nos afecta a la concentración, al rendimiento... y en algunos momentos incluso temes por tu salud física”, dijo el mediocampista argentino tras uno de los partidos.
FIFA y la falta de preparación ante los riesgos del clima
Con el torneo de 2026 aproximándose —que se celebrará en Canadá, Estados Unidos y México del 11 de junio al 19 de julio— son muchas las voces que cuestionan si FIFA realmente tiene un plan para abordar riesgos como el calor extremo o la presencia de humo por incendios forestales.
Tomemos a Toronto como ejemplo. En junio de 2025, esta ciudad alcanzó un índice de calidad del aire (AQHI) mayor a 10, lo que representa un riesgo "muy alto" para la salud. Las autoridades sanitarias locales, como Toronto Public Health, trabajan en guías para estas situaciones, pero FIFA sigue sin hacer públicos sus protocolos frente al humo o calidad del aire. La incertidumbre permanece.
¿Fútbol bajo humo y fuego?
Canadá vivió su temporada de incendios más devastadora en 2023 con más de 15 millones de hectáreas quemadas, y 2025 ya es el segundo año más crítico. El Dr. Andrew Halayko, experto en fisiología, advierte que eventos deportivos deberían reprogramarse si se superan niveles AQHI de 7. “Grupos vulnerables como niños o personas con afecciones respiratorias están en riesgo”, añade.
No obstante, hay quienes sostienen que los deportistas, por su condición física, pueden tolerar mejor estas condiciones. Sin embargo, esto no significa que estén fuera de peligro. Según Michael Brauer, profesor de salud pública de la Universidad de Columbia Británica, “niveles bajos de contaminación afectan la cognición, elevando el riesgo de lesiones graves”.
La presión a la que están expuestos los jugadores
El calor no solo implica incomodidad, sino riesgos fisiológicos reales. El Dr. Julien Périard, de la Universidad de Canberra, advierte sobre el fenómeno de la hipertermia: “El aumento de la temperatura corporal incrementa la carga cardiovascular. Si continúa, puede llevar a un golpe de calor, calambres musculares y hasta la muerte”.
Los eventos atléticos como maratones olímpicos ya han optado por desarrollarse en horas muy tempranas o de noche. Sin embargo, los partidos del Mundial siguen programados con horarios para maximizar audiencias europeas, ignorando la salud de quienes están en el campo.
FIFPRO también lanza alertas
El sindicato global de futbolistas, FIFPRO, ha identificado seis de las 16 ciudades sede del Mundial 2026 como lugares con “riesgo extremo de estrés térmico”. Estas incluyen Houston, Dallas, Kansas City, Atlanta, Miami y Los Ángeles, todas con antecedentes recientes de olas de calor.
¿Cambiar el calendario? Un tabú con precedentes
En 2022, el Mundial de Qatar rompió el molde y se realizó en noviembre-diciembre para evitar el calor del desierto. Para algunos, este evento sentó precedente. Para otros, fue una excepción impulsada por el poder económico del país anfitrión. El Mundial de 2030 —organizado por España, Portugal y Marruecos— volverá a disputarse en pleno verano. El dilema persiste.
La climatóloga Friederike Otto, del Imperial College de Londres, lo plantea sin rodeos: “¿Quieren jugar fútbol 10 horas al día? Que sea de noche. De lo contrario, van a tener gente muriendo de insolación”.
¿Qué espera FIFA?
FIFA ha dicho poco sobre ajustar horarios o implementar políticas más estrictas. Gianni Infantino, presidente del organismo, aseguró en junio que usarán estadios techados para juegos diurnos, pero no abordó la reducción del número de partidos en alta temperatura ni la posibilidad de reprogramar horarios o incluso, el calendario completo.
“Estamos a una ola de calor de una tragedia deportiva”, afirma el científico del clima Piers Forster, del Priestley Center en Leeds. “Las federaciones deben abrazar la evidencia científica antes que lamentar lo inevitable”.
El costo humano del espectáculo
Este no es un problema menor ni abstracto. Un estudio de la Universidad de Sídney indicó que cualquier persona realizando actividad física hoy está expuesta a un 28% más de riesgo térmico moderado o alto que en los 90s. Ese grupo incluye, obviamente, a los futbolistas de élite.
Y como dice el climatólogo Michael Mann: “No se trata sólo del fútbol. El cambio climático amenaza nuestra forma de vida tal como la conocemos. Y estamos demorando demasiado en aceptarlo”.
¿Hacia un Mundial de invierno?
Algunos expertos sugieren que jugar un Mundial en invierno no es tan impensado como parecía. De hecho, el torneo de 2034 que acogerá Arabia Saudita probablemente siga los pasos de Qatar para evitar los 50°C del verano saudí. ¿Pero será suficiente diseñar soluciones individuales? ¿No deberíamos reconsiderar desde cero cómo planificamos eventos deportivos frente a un planeta cada vez más cálido?
La pelota está en cancha de FIFA. Pero el reloj climático corre, y en este partido todos nos jugamos mucho más que tres puntos.