Nvidia, China y los chips: ¿geopolítica, negocios o los dos?

Jensen Huang lidera el reinicio de las ventas en China mientras la IA, los controles de exportación y la política comercial de EE.UU. reescriben las reglas del juego

Jensen Huang y el nuevo capítulo en China

Durante una agitada conferencia de prensa en el lujoso Mandarin Oriental Qianmen de Pekín, Jensen Huang, CEO de Nvidia, apareció con su inconfundible chaqueta de cuero para anunciar, con estilo relajado, una noticia que pone en juego más que solo negocios: la reanudación de las ventas del chip H20 en China. Esta pieza de hardware diseñada específicamente para acomodarse a las restricciones impuestas por el gobierno estadounidense había sido bloqueada en abril, pero tras reuniones con funcionarios estadounidenses y crecientes presiones del mercado, Nvidia recibió luz verde para operar de nuevo en el país asiático.

Huang, sin embargo, minimizó su papel en el levantamiento de la prohibición. “No creo que le haya cambiado la opinión a nadie”, aseguró en relación a su encuentro previo con el presidente estadounidense Donald Trump. El CEO enfatizó que su contribución estuvo en mostrar los efectos no intencionales de las políticas de control de exportaciones sobre la innovación y el mercado.

La geopolítica como telón de fondo tecnológico

El regreso del chip H20 al mercado chino pone de manifiesto cómo los avances en inteligencia artificial (IA) ya no son solamente una competencia entre empresas, sino una competencia geopolítica.

En abril, Nvidia advirtió que las restricciones impuestas a raíz de una orden de seguridad nacional podrían costarles hasta $5,5 mil millones en ingresos solo en China. Y no es un caso aislado. AMD, uno de sus principales competidores, también fue bloqueado temporalmente.

¿La razón? Estados Unidos ha intensificado su vigilancia respecto a la transferencia de tecnologías avanzadas al gigante asiático, en especial tecnologías de IA que puedan tener aplicaciones militares o de vigilancia masiva.

¿Qué es el chip H20 y por qué importa tanto?

El H20 es parte de la línea de chips A800/A100 que Nvidia reformuló para poder cumplir las restricciones de exportación impuestas por EE.UU. en 2022. Sin embargo, a pesar de ser una versión "descafeinada", las autoridades consideraron que seguía siendo demasiado avanzado. Finalmente, después de fuertes negociaciones y cambios en la estrategia, el chip recibió la aprobación para comercializarse.

¿Qué tiene de especial el H20?

  • Gran ancho de banda de memoria: ideal para entrenar modelos de IA.
  • Capacidad de proceso optimizada: aunque reducido respecto al A100, cumple correctamente con tareas de IA generativa.
  • Adecuado para innovadores locales como DeepSeek o Alibaba: empresas chinas deseosas de avanzar en innovación necesitan potentes procesadores sin romper las normas norteamericanas.

IA, robótica y la visión de un futuro compartido

Pero Nvidia no se quedó en una sola carta. Huang también dio la primicia sobre un nuevo desarrollo: el RTX Pro, un chip gráfico pensado para catapultar el desarrollo de robots humanoides.

“Estamos entrando a una era donde la IA y la robótica se combinan con la manufactura inteligente. Esta es la próxima gran ola de innovación”, dijo Huang. Señaló que China, con su vasta cadena de suministro y experiencia en fábricas inteligentes, es el entorno perfecto para esta revolución.

RTX Pro alimentará sistemas robóticos capaces de trabajar en equipo con humanos, una visión que parecía ciencia ficción hace solo una década. Las implicaciones industriales, médicas y sociales son enormes.

¿Tecnología o diplomacia disimulada?

El caso del chip H20 y la relajación de los controles de exportación también pone de relieve cómo las conversaciones comerciales y la diplomacia se mezclan cada vez más con la tecnología. Huang declaró que el rol de Nvidia ha sido informar a los gobiernos de EE.UU. y otros países sobre las consecuencias imprevistas de ciertas políticas.

Sin embargo, la lectura geoestratégica sugiere más: la presión de las grandes tecnológicas, las necesidades del mercado y las tensiones entre Washington y Pekín generan un nuevo tipo de lobby tecnológico internacional, casi comparable al de las industrias energéticas o farmacéuticas.

Impacto económico y mercados bursátiles

La reactivación de ventas en China ocurre justo cuando las acciones de Nvidia ven nuevos récords, empujando al Nasdaq en medio de un panorama bursátil mixto. Mientras la inflación mayorista en EE.UU. se mantiene estable —con un 2.3% interanual en junio— los consumidores enfrentan aumentos más notorios, destacando el impacto indirecto de la guerra comercial entre EE.UU. y China.

En contraste con esa estabilidad, los chips de IA, como los de Nvidia, se perciben como bienes más que estándar por su potencial en industrias clave como salud, defensa, transporte y robótica.

La paradoja de las sanciones: ¿Fortalecer al rival?

Paradójicamente, algunos analistas creen que las sanciones pueden estar impulsando la innovación interna china. Al bloquear componentes críticos, EE.UU. está incentivando a Pekín a invertir en alternativas locales y en avanzar aún más rápido en su independencia tecnológica.

“Hemos visto que restricciones similares en otras industrias generaron una aceleración en la innovación nacional. China no va a quedarse atrás” — explica Ling Wang, investigadora en políticas tecnológicas de la Universidad Tsinghua.

Empresas como Huawei, que enfrentaron bloqueos severos, terminaron redoblando esfuerzos en desarrollo de chips, sistemas operativos y sistemas de nube independientes. China está comprometida con evitar vulnerabilidades estratégicas.

¿Puede Nvidia mantenerse en el punto medio?

Huang insistió en que Nvidia no toma partida en disputas políticas: solo desea hacer llegar tecnología a quienes la necesiten. Pero ¿realmente puede una empresa de su tamaño, con un dominio de más del 80% del mercado de chips de aprendizaje profundo, mantener una neutralidad efectiva en el ajedrez global?

“Estamos en una era donde cada decisión tecnológica se convierte en una decisión política”, dice Eileen Donahoe, ex embajadora de EE.UU. ante el Consejo de Derechos Humanos de la ONU y actual investigadora en Stanford. “Empresas como Nvidia necesitan desarrollar posiciones éticas y estratégicas que vayan más allá del mercado.”

El futuro de la IA está en juego, y no solo por sus avances

Chips como el H20, o el revolucionario RTX Pro, son más que semiconductores; son la base sobre la cual se sustentará la próxima fase del desarrollo social y económico global. Desde vehículos autónomos hasta cadenas de suministro automatizadas, pasando por robots asistentes médicos, cada una de estas aplicaciones pasa por Nvidia.

Y mientras estas innovaciones se cruzan con tensiones comerciales, intereses estratégicos y movimientos ético-políticos, el papel de empresas como Nvidia podría redefinir no solo la tecnología, sino las relaciones internacionales del futuro cercano.

Para Huang y compañía, el desafío será mantenerse en el centro de ese cambio sin renunciar a su rol como catalizadores de lo que él llama “la revolución computacional más impactante desde la invención del microprocesador”.

Fuente: elaboración propia con datos de declaraciones públicas de Nvidia, informes del Departamento de Comercio de EE.UU. y análisis bursátiles de Bloomberg.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press