‘Good Trouble Lives On’: El regreso de la protesta como herramienta frente a la política de Trump en 2025

Miles se movilizan en las calles de EE.UU. para desafiar políticas regresivas, defender la democracia y rendir homenaje al legado de John Lewis

Una nueva era de manifestaciones: ¿Qué es el 'Good Trouble Lives On'?

El 17 de julio de 2025, ciudades de todos los Estados Unidos fueron escenario de una ola masiva de protestas bajo un lema muy poderoso: 'Good Trouble Lives On'. Esta jornada nacional de acción—una clara referencia al legado del congresista y activista John Lewis—no fue simplemente un recordatorio simbólico. Fue un claro grito de resistencia a las políticas impulsadas por el presidente Donald Trump durante su presidencia y posterior regreso al poder.

Desde Chicago hasta Palm Beach, miles marcharon con pancartas, megáfonos y disfraces llamativos (como una manifestante vestida como la Estatua de la Libertad) para denunciar ataques a la democracia, políticas migratorias duras, supresión de votos y recortes de programas sociales como Medicaid. Esto marca un resurgir de la protesta política en la era Trump 2.0.

El simbolismo detrás de “Good Trouble”

El término "Good Trouble" fue popularizado por el difunto congresista John Lewis, figura histórica del movimiento por los derechos civiles en los EE.UU. Lewis instó a los ciudadanos a generar "buenos problemas"—acciones disruptivas pero morales en favor de la justicia. En el contexto actual, los ataques a instituciones democráticas, derechos civiles y libertades básicas han movilizado a muchos nuevamente bajo ese lema.

“Nunca, pero nunca tengas miedo de hacer ruido y meterte en buenos problemas, problemas necesarios”, - John Lewis

Chicago como epicentro de la indignación popular

En Chicago, manifestantes anti-fascismo y anti-Trump llenaron el centro de la ciudad. Desde Daley Plaza hasta el Loop, los cánticos de “¡Impeach Trump!” y “¡Sin justicia no hay paz!” resonaron en las calles. Fue una de las concentraciones más multitudinarias desde las protestas por George Floyd en 2020.

Grupos activistas como Indivisible Chicago, Black Lives Matter y Reclaim Chicago lideraron la movilización. Bajo una lluvia intermitente, un manifestante dijo al micrófono: “Estamos aquí porque lo que está pasando no es normal. Estamos resistiendo a la regresión institucional.”

Mar-a-Lago: escenario de confrontación democrática

Mientras Trump se encontraba en su propiedad de Mar-a-Lago en Palm Beach, Florida, una gran cantidad de manifestantes se apostaron en las inmediaciones con pancartas que decían "Democracia sí, fascismo no" y "No a los dictadores". Las tensiones aumentaron cuando simpatizantes de Trump se enfrentaron verbalmente con los manifestantes. La policía estuvo presente para evitar enfrentamientos físicos.

Entre carros decorados con consignas y banderas estadounidenses reconvertidas en símbolos de protesta, una mujer gritaba: “No estamos aquí por odio, sino por amor a este país”.

Medidas sociales controvertidas bajo Trump

Entre las principales quejas de los manifestantes están los recortes propuestos al programa Medicaid, que afectarían a más de 15 millones de estadounidenses. Además, su política de deportaciones masivas ha sido severamente criticada por organismos internacionales.

Según estadísticas del Kaiser Family Foundation, los recortes propuestos en 2025 eliminarían cobertura médica a más de 6 millones de personas con ingresos bajos. Esto ha desatado un amplio rechazo no solo entre progresistas, sino también entre moderados independientes que ven con recelo esta dirección.

Protestas bajo vigilancia y represión: el nuevo rostro del activismo

Manifestantes en Orlando también salieron a las calles frente al City Hall. Sin embargo, las imágenes de policías en bicicletas rodeando a pequeños grupos generaron preocupación. El uso del sistema de vigilancia y las leyes que criminalizan protestas “interferentes” han sido vistas por muchos como una deriva autoritaria.

“Estamos entrando en un periodo donde disentir es considerado peligroso. Pero lo que está en juego es demasiado importante para callarnos,” — organizadora anónima en Orlando.

El caso Spafford: radicalización y terrorismo doméstico

En paralelo con estas protestas, el FBI concluyó uno de los casos más preocupantes de terrorismo doméstico en la historia reciente. Brad Spafford, un hombre de Virginia, se declaró culpable por poseer más de 150 artefactos explosivos, presuntamente de fabricación casera —considerado el mayor hallazgo de este tipo en la historia del FBI.

Spafford, quien usaba fotografías del entonces presidente Joe Biden como blanco de tiro, fue arrestado tras una denuncia de un informante en 2023. El informe judicial reveló que almacenaba explosivos junto a comida en un congelador, e incluso había perdido tres dedos previamente por un accidente con explosivos caseros.

Lo más alarmante: Spafford nunca emitió amenazas públicas. Su caso demuestra lo fácil que puede ser ocultar una mentalidad radicalizada bajo una fachada de normalidad. Según el juez federal Arenda L. Wright, Spafford representaba "una extrema amenaza a la seguridad pública".

La FTC: independencia en jaque

Como parte del mismo contexto, la jueza federal Loren AliKhan restauró a la demócrata Rebecca Kelly Slaughter a su puesto en la Comisión Federal de Comercio (FTC), alegando que su despido por parte del presidente Trump fue ilegal.

Este fallo revive el precedente legal de Humphrey's Executor de 1935, que prohíbe al presidente despedir sin causa justa a miembros de comisiones independientes. El caso podría llegar a la Corte Suprema, donde varios jueces ya han cuestionado la validez del histórico fallo.

El choque entre una Casa Blanca expansionista y el concepto de equilibrio de poderes encuentra en esta disputa un nuevo campo de batalla. Tal como dijo un abogado de Slaughter: “No se puede otorgar poder absoluto al Ejecutivo, eso jamás ha sido la ley en este país.”

¿Qué sigue?

La movilización "Good Trouble Lives On" parece más que un evento puntual: podría ser el renacimiento de un movimiento cívico con fuerza sostenida en defensa de las libertades democráticas en EE.UU.

En palabras de los organizadores en Chicago: “Sabíamos que regresaríamos a la lucha si era necesario. Y ese momento ha llegado.”

Mientras las grietas se ensanchan entre el poder presidencial creciente y la resistencia civil diversa, Estados Unidos entra en una nueva etapa de tensión política con ecos históricos, pero también con nuevas voces dispuestas a dar lo mejor de sí por lo que consideran justo.

El "buen problema" no ha muerto. Vive en cada paso firme, en cada pancarta levantada, en cada grito lanzado al cielo.

Este artículo fue redactado con información de Associated Press