La súplica del Papa por Gaza: un llamado a la humanidad en tiempos de barbarie
En medio de crecientes tensiones y ataques en Gaza, el Papa Leo XIV exige un alto el fuego inmediato y respeto por la ley humanitaria internacional
CASTEL GANDOLFO, Italia. En su tradicional oración del Ángelus dominical desde la residencia papal de Castel Gandolfo, el Papa Leo XIV pronunció una intervención conmovedora y contundente, exigiendo un alto el fuego inmediato en Gaza y exhortando a la comunidad internacional a respetar el derecho internacional humanitario.
Un llamado de paz desde lo alto
El Papa Leo XIV, visiblemente afectado por los últimos acontecimientos en el conflicto entre Israel y Hamás, reiteró enfáticamente: “Una vez más llamo a un fin inmediato de la barbarie de esta guerra y a una resolución pacífica del conflicto”. Sus palabras resonaron con fuerza entre los fieles congregados, aunque el eco de su súplica reverberó más allá de las fronteras del Vaticano.
El pontífice expresó su profundo pesar por el ataque lanzado por el ejército israelí contra la única iglesia católica en Gaza, la Iglesia de la Sagrada Familia, que resultó en la muerte de tres personas y dejó a otras diez heridas, incluido el propio párroco del templo, el padre Gabriel Romanelli.
La Iglesia de la Sagrada Familia bajo fuego
La Iglesia de la Sagrada Familia no solo es un sitio de culto; se trata de un verdadero refugio espiritual y humanitario para cientos de palestinos en medio del caos generado por la guerra, que ya lleva 21 meses activa. El complejo eclesiástico da cobijo a mujeres, hombres y niños desplazados, quienes se han visto obligados a abandonar sus hogares por los bombardeos y las operaciones armadas.
En palabras del Papa, “Hago un llamado a la comunidad internacional a respetar el derecho humanitario, a proteger a los civiles y a prohibir los castigos colectivos, el uso indiscriminado de la fuerza y el desplazamiento forzado de poblaciones”.
Este ataque, que Israel ha calificado como un “accidente” en fase de investigación, ha generado gran controversia incluso entre sus aliados occidentales, donde ya se multiplican los reclamos sobre posibles violaciones sistemáticas del Derecho Internacional Humanitario (DIH).
¿De qué hablamos cuando hablamos de derecho humanitario?
El Derecho Internacional Humanitario (DIH) es un conjunto de normas que buscan reducir las consecuencias humanitarias de los conflictos armados. Se basa principalmente en los Convenios de Ginebra de 1949 y sus Protocolos Adicionales.
Entre sus principios más fundamentales figuran:
- Proporcionalidad: El uso de la fuerza debe ser proporcional al objetivo militar.
- Distinción: Se deben diferenciar combatientes de civiles y objetivos militares de bienes civiles.
- Precaución: Se deben tomar todas las precauciones posibles para evitar o minimizar daños a civiles.
El Papa, en su rol de líder espiritual de más de mil millones de católicos en el mundo, ha invocado estos principios para proteger la dignidad humana durante los conflictos armados, convirtiéndose en una de las voces más resonantes en momentos donde el silencio complaciente de muchos gobiernos parece imperar.
El largo historial de Gaza: entre bombardeos e impunidad
Desde el inicio del conflicto en 2023, Gaza ha estado en el centro de ataques constantes que han generado cifras alarmantes. Organizaciones internacionales como Human Rights Watch y Amnistía Internacional han documentado:
- Más de 15,000 muertos, muchos de ellos mujeres y niños.
- Desplazamiento de 1.5 millones de personas, más del 70% de la población de la Franja.
- Destrucción de 60% de la infraestructura sanitaria, según la OMS.
En este contexto, la voz del Papa no es un mero gesto simbólico. Es una denuncia moral y política que busca interpelar no solo a los gobiernos involucrados, sino también a la opinión pública global.
¿Una nueva diplomacia del Vaticano?
Desde el inicio de su pontificado, Leo XIV ha mostrado una clara inclinación por una diplomacia proactiva y centrada en los derechos humanos. Ya anteriormente había intercedido en temas tan diversos como la guerra en Ucrania, la crisis climática y el aumento de la xenofobia en Europa.
En esta ocasión, sus palabras fueron más allá de lo estrictamente religioso: “El mundo ya no tolera la guerra”, declaró con firmeza a la prensa fuera de la Catedral de Albano, tras haber presidido una misa.
Estas declaraciones se suman a una serie de intervenciones que buscan formar una nueva doctrina de la paz global, anclada tanto en la tradición humanista cristiana como en el compromiso con tratados internacionales y acuerdos multilaterales como la Carta de las Naciones Unidas.
Reacciones internacionales
Numerosos líderes religiosos y organizaciones humanitarias se han hecho eco de las palabras del Papa.
- La Conferencia Episcopal de Alemania calificó el ataque a la iglesia como “una afrenta a la libertad religiosa y a los principios de civilización”.
- El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, dijo que “la situación en Gaza alcanza niveles de desesperación inéditos”.
- Desde la ONU, el relator especial para los territorios palestinos ocupados instó a abrir una investigación independiente sobre posibles crímenes de guerra.
Sin embargo, muchas de estas reacciones han sido vistas como insuficientes frente al nivel de violencia exhibido durante el conflicto.
La comunidad cristiana en Gaza, en peligro inminente
Los cristianos en Gaza representan una diminuta minoría —se estima que no superan los 1,000 fieles— atrapada entre bombardeos, escasez de alimentos y desplazamientos forzados. La Iglesia de la Sagrada Familia había sido, durante años, un símbolo de convivencia interreligiosa en la región.
Ahora, su bombardeo marca un punto de inflexión: el último bastión visible del cristianismo en Gaza podría desaparecer si no se proporcionan garantías de seguridad inmediata y sostenida.
¿Paz posible o utopía diplomática?
Muchos se preguntan si los llamados del Papa tendrán algún efecto real en la dinámica del conflicto. Aunque el Vaticano carece de poder militar, su capital moral es significativo. Cuando voces como la suya resuenan con claridad y persistencia, logran movilizar conciencias y, ocasionalmente, generar presión política internacional.
“Hay que dialogar y abandonar las armas”, insistió el Papa. Es una frase sencilla, casi ingenua en tiempos donde misiles, drones y propaganda parecen dominar el escenario. Pero es precisamente esa simplicidad la que convierte este mensaje en una provocación esperanzadora.
No se trata solo de religión, sino de humanidad
El llamado de Leo XIV es un recordatorio de que, por encima de credos, fronteras o geopolítica, está la vida humana. Su denuncia sobre el uso de la violencia indiscriminada y el castigo colectivo interpela a cualquier gobierno o actor armado que pretenda justificar sus crímenes bajo pretextos estratégicos o de “defensa legítima”.
En tiempos donde las imágenes de muerte y destrucción nos anestesian, la voz del Papa no nos deja ser indiferentes. Y eso, ya es un acto radical en sí mismo.