Lesiones, lucha por continuidad y contratos millonarios: Bienvenidos al drama de los campos de entrenamiento en la NFL
Mientras algunos jugadores enfrentan el fantasma recurrente de las lesiones, otros capitalizan su versatilidad y liderazgo para asegurar el futuro con contratos millonarios
La pretemporada de la National Football League (NFL) no solo es una etapa para afinar estrategias tácticas y trabajo físico; también es, cada año, un escenario dramático donde se juegan carreras, se confirman estrellas y se resquebrajan esperanzas con cada torcedura maldita o choque fortuito. Este año, los focos apuntan a tres nombres que representan el amplio espectro de la experiencia NFL: Drew Sanders (Denver Broncos), Treylon Burks (Tennessee Titans) y Josh Metellus (Minnesota Vikings).
Una nueva pesadilla para Drew Sanders
En Englewood, Colorado, los entrenamientos de los Denver Broncos tomaron un giro inquietante cuando el linebacker de tercer año Drew Sanders fue trasladado en carrito fuera del campo tras una lesión en su pierna derecha. El incidente ocurrió cuando apenas faltaban 15 minutos para finalizar la práctica.
Lo alarmante no fue solo la reacción inmediata del jugador, que comenzó a cojear hasta caer al suelo visiblemente adolorido, sino también el hecho de que ya había sufrido previamente una rotura de tendón de Aquiles en mayo de 2024. Esa lesión lo dejó fuera durante gran parte de la temporada pasada, aunque alcanzó a participar en cuatro partidos, registrando ocho tacleadas.
“No parece ser otro tendón de Aquiles”, mencionó el entrenador Sean Payton, intentando disipar los temores antes de confirmar que se requería una resonancia magnética para evaluar el daño exacto.
Sanders, seleccionado en la tercera ronda del Draft 2023 por los Broncos proveniente de Arkansas, ha tenido dificultades para consolidar una posición estable entre linebacker interno y externo, oscilando según las necesidades del equipo. Su papel este año era clave, sobre todo ante el regreso de sus compañeros Alex Singleton y Dre Greenlaw, ambos también con antecedentes recientes de lesiones fuertes.
El caso de Sanders pone sobre la mesa una cuestión crítica: ¿puede un jugador sobrevivir física y mentalmente a lesiones tan recurrentes en sus primeros años NFL?
Treylon Burks: El talento permanentemente interrumpido
Mientras tanto, en Nashville, otro ex Arkansas enfrenta demonios similares. El receptor abierto Treylon Burks sufrió una lesión en el hombro derecho al realizar una atrapada fuera del campo durante una práctica en el Nissan Stadium. Aunque el diagnóstico definitivo está pendiente, las primeras informaciones indican una fractura de clavícula, lo que podría marginarlo varias semanas.
Burks llegó a los Titans en 2022 como parte del polémico canje que envió al estelar A.J. Brown a los Eagles. Su actuación, hasta el momento, ha estado marcada más por las ausencias que por jugadas memorables. Ha jugado en solo 27 de un posible 51 partidos desde su debut y registra apenas 53 recepciones para 699 yardas y un touchdown.
Sus lesiones han sido tan variadas como preocupantes: conmociones, desgarros parciales e interrupciones musculares han limitado su desarrollo. La más reciente fue una ruptura parcial del ligamento cruzado anterior (ACL) que lo envió a la reserva de lesionados en octubre de 2023.
Burks, con apenas 24 años, es la viva imagen del clásico “what if” (¿qué habría pasado si…?) de la NFL. ¿Podrá reencauzar su carrera si logra una temporada completa sin lesiones? Las probabilidades no le son favorables, aunque el talento es innegable.
Josh Metellus: el ejemplo de resiliencia y versatilidad bien remunerada
Mientras unos luchan por mantenerse sanos y relevantes, otros brillan con luz propia. Es el caso del defensivo Josh Metellus, quien recientemente firmó una extensión de contrato de tres años y 36 millones de dólares –con 25 millones garantizados– con los Minnesota Vikings.
Metellus fue elegido apenas en la sexta ronda del Draft 2020, lo cual no parecía augurar una carrera destacada. Sin embargo, el ex Michigan ha superado cada expectativa, pasando de ser jugador de equipos especiales a pieza clave en la compleja defensa de Brian Flores. En 2023, Metellus alineó en siete posiciones diferentes, demostrando una versatilidad invaluable.
Acumula ya 27 titularidades en las últimas dos temporadas y su hoja de servicios incluye cuatro intercepciones, cinco balones forzados, 2,5 capturas y casi 300 tacleadas. Nada mal para alguien que muchos descartaron prematuramente.
“Él es un reflejo del tipo de jugador que queremos aquí”, afirmó el gerente general Kwesi Adofo-Mensah. Por su parte, el entrenador Kevin O’Connell lo describió como una “parte vital de nuestro éxito dentro y fuera del campo”.
Metellus, emocionado, declaró en conferencia de prensa: “Este lugar ya es mi hogar”. Sus palabras no suenan vacías, considerando que también ha sido capitán del equipo y goza de gran respeto en el vestidor.
El complejo poliedro de una carrera NFL
Estas tres historias revelan tres caras de la misma moneda: el mundo impredecible y brutal de la NFL, donde el talento por sí solo nunca es suficiente. Se necesita resistencia física, fortaleza mental, oportunidades bien aprovechadas y, por supuesto, un poco de suerte.
Mientras Drew Sanders y Treylon Burks intentan no desaparecer entre las sombras de la enfermería, Josh Metellus les muestra a todos que el margen entre el anonimato y el estrellato puede depender de preparación, actitud y consistencia.
La NFL es una liga donde el promedio de duración de una carrera no supera los 3.3 años. Las estadísticas no mienten: más del 30% de los jugadores seleccionados en el Draft nunca llega a completar tres temporadas activas. Lesiones como las de Sanders y Burks no solo afectan al equipo, sino también a las narrativas personales que podrían haber sido distintas en otro universo paralelo donde el cuerpo no cayera.
Reflexión necesaria: ¿el riesgo vale la pena?
En el negocio del fútbol americano profesional, donde los contratos millonarios parecen compensar el desgaste, queda una pregunta esencial: ¿compensa el sacrificio físico y mental por la posibilidad –no garantía– de fama y fortuna?
Algunos dirán que sí, señalando los contratos como el de Metellus; otros lo pensarán dos veces viendo las secuelas físicas de ex jugadores que ni siquiera alcanzaron la cotización de un solo contrato completo.
Por ahora, los campos de entrenamiento siguen su marcha, entre esperanzas renovadas, lesiones terribles y apuestas sobre quién será la próxima revelación… o la próxima baja.