¿La peor generación de ascendidos a la Premier League? Un análisis de la debacle de Southampton, Leicester e Ipswich
Por segunda temporada consecutiva, los tres equipos ascendidos están a punto de descender. ¿Crisis estructural o casualidad histórica?
La Premier League, considerada por muchos como la liga más competitiva y rica del mundo, parece estar atravesando una anomalía histórica: por segunda vez consecutiva, los tres equipos ascendidos al máximo nivel del fútbol inglés están condenados al descenso. La debacle de Southampton, Leicester e Ipswich Town ha sido tan estrepitosa que algunos analistas ya hablan de 'la peor camada de ascendidos en la era Premier'.
Un patrón sin precedentes en la era Premier League
Desde que se instauró el formato actual de la Premier League en 1992, nunca se había dado el caso de que los tres equipos recién ascendidos descendieran inmediatamente… hasta ahora. Pero lo más sorprendente es que esta situación amenaza con repetirse por segundo año consecutivo: en la temporada pasada, Sheffield United, Burnley y Luton Town descendieron sin pena ni gloria. ¿Casualidad? Parece poco probable.
Este patrón no es solo estadísticamente extraño, sino también alarmante. El sistema de ascensos y descensos que siempre ha sido orgullo del fútbol inglés está mostrando señales de desequilibrio competitivo cada vez más marcadas.
¿El peor trío de ascendidos en la historia?
Los datos no mienten. Entre Southampton (10 puntos), Leicester (17) e Ipswich (20), suman apenas 47 puntos combinados con más de 30 partidos jugados cada uno. Esos 47 puntos no alcanzarían ni para estar en mitad de tabla. Veamos el desastre con más detalle:
Southampton: récords de vergüenza
- 25 derrotas en 31 partidos.
- 10 puntos: en camino a superar el peor registro de la era Premier (Derby County con 11 puntos en 2007-2008).
- 3 entrenadores en una temporada: Russell Martin fue despedido, lo reemplazó Ivan Juric, quien también fue cesado para dar paso a Simon Rusk como interino.
- Récord negativo: descendió con 7 partidos por jugar; ningún equipo había sido relegado tan pronto.
Southampton, que en la década anterior fue modelo de gestión (recordemos a jugadores como Van Dijk, Mané o Lallana surgiendo del club), hoy es una sombra de lo que fue. Su caída no solo es deportiva, sino también institucional. Un auténtico colapso estructural.
Leicester City: del milagro al abismo
El campeón de la Premier League en 2016, ese eterno recuerdo de cuentos de hadas con Riyad Mahrez, Jamie Vardy y N’Golo Kanté, hoy vive una realidad pesadillesca. Veamos:
- 8 derrotas consecutivas como local sin anotar un solo gol. Primera vez que ocurre esto en cualquier categoría profesional del fútbol inglés.
- 72 días sin marcar un gol en Premier League. Su último tanto fue el 26 de enero.
- 11 derrotas como local esta temporada, récord negativo en la historia del club.
El Leicester, además, ha perdido su identidad futbolística. A pesar de la llegada del legendario delantero holandés Ruud van Nistelrooy como técnico, los resultados no se han materializado. La falta de gol, la apatía en defensa y la presión institucional parecen haberlos hundido sin remedio.
Ipswich Town: el proyecto que naufragó
Quizás el caso más discutible, porque Ipswich Town invirtió fuerte. En el mercado de verano gastó cerca de 109 millones de libras para incorporar 10 jugadores. Solo Brighton gastó más entre los clubes de Premier.
- 6 derrotas consecutivas en casa. La peor racha desde 1963.
- 11 derrotas en casa de 16 partidos disputados.
- A pesar del gasto, la plantilla no ha mostrado cohesión ni solidez táctica en ningún momento del campeonato.
El club que alguna vez fue entrenado por Sir Alf Ramsey (campeón del mundo con Inglaterra en 1966) atraviesa una crisis deportiva profunda. El descalabro defiende la tesis de que invertir mucho no garantiza éxito si no hay un proyecto sólido detrás.
¿Qué está fallando con los ascendidos?
Esta doble temporada con doble triplete de descenso nos lleva a preguntarnos: ¿se ha roto el sistema? ¿Es la brecha entre Championship y Premier League demasiado amplia ahora?
1. Diferencias presupuestarias abismales
Según datos de Transfermarkt, el valor medio de las plantillas en Premier supera los 380 millones de euros. En Championship, ronda los 55-60 millones. Esa diferencia limita la capacidad de los ascendidos para competir desde el primer minuto.
2. Calendario Salvaje
Ascender desde Championship implica un final de temporada desgastante —más de 46 partidos entre liga y playoffs—, por lo que cuerpo técnico y jugadores llegan sin recuperación antes del debut en Premier. El comienzo lento (casi siempre perdiendo) genera una bola de nieve emocional de la que es muy difícil salir.
3. Falta de continuidad en la dirección deportiva
Tanto Southampton como Leicester y seguramente Ipswich han cambiado de entrenador, director deportivo o CEO en los últimos 18 meses. Sin dirección clara, ni los millones pueden protegerte.
4. Plantillas poco actualizadas al ritmo Premier
Muchos equipos ascendidos confían demasiado en la plantilla que los hizo subir. Pero la Premier exige otro ritmo, otra calidad técnica y otra inteligencia táctica. No renovarse puede salir caro. Pregunten a Norwich o Fulham en ciclos anteriores.
Comparaciones: temporada 2007-2008
La vara con la que hoy se mide a Southampton es aquel paupérrimo Derby County de la 2007-08. Los Rams terminaron con solo 11 puntos, una sola victoria y una diferencia de goles de -69. Pero el drama del presente parece ser colectivo, no individual. Y eso es aún más preocupante.
Los ricos se hacen más ricos
Mientras tanto, los grandes siguen consolidando poder. El acceso a competiciones europeas, los contratos televisivos internacionales y los fichajes multimillonarios perpetúan una brecha estructural entre los 10 u 11 equipos más poderosos de la liga y el resto.
Incluso clubes considerados de 'mitad de tabla' como Crystal Palace o Brighton tienen estructuras más avanzadas, plantillas más equilibradas y directivas más estables que los recién ascendidos.
¿Soluciones viables?
No todo está perdido. Podrían considerarse alternativas:
- Tope salarial proporcional: para reducir las distancias entre escuadras.
- Subsidios estratégicos desde la Premier: ayuda estructural a los equipos que ascienden, con condiciones claras.
- Menos dependencia de playoffs: que los equipos lleguen más descansados a la temporada siguiente.
De lo contrario, las próximas temporadas podrían ver un ciclo vicioso: equipos que ascienden con ilusión para descender en cuestión de meses. Y eso no es sano ni para la liga ni para el espectáculo.
La Premier League necesita promover no solo el ascenso, sino también la sostenibilidad de sus nuevos integrantes. Si no se cambia algo pronto, los milagros como el del Leicester 2016 quedarán solo como leyendas en vez de sueños alcanzables.