Palmeiras en el Mundial de Clubes: ¿el fin de la maldición sin título mundial?
El equipo brasileño busca redimirse y romper una sequía histórica en el torneo internacional más deseado de clubes
Una deuda pendiente en la historia de Palmeiras
Palmeiras, uno de los clubes más laureados de Brasil, llega al Mundial de Clubes 2024 en Estados Unidos con una carga emocional tan pesada como sus 11 títulos nacionales. A pesar de sus hazañas recientes en la Copa Libertadores y su dominio en el fútbol brasileño bajo el mando de Abel Ferreira, sigue existiendo una espina clavada: el título mundial de clubes.
Desde que obtuvo la Copa Libertadores de 2021, Palmeiras ha anhelado más que nunca romper con una narrativa repetida año tras año en forma de burlas de sus clásicos rivales: Corinthians, Sao Paulo y Santos, los tres con al menos un título mundial en sus vitrinas.
El contexto histórico: ¿De verdad nunca ganaron el mundo?
Muchos fanáticos del Verdão recurren a la Copa Rio de 1951 como un trofeo mundial. En aquella ocasión, Palmeiras venció a la Juventus en una final a doble partido (3-2 en el global). Aunque la FIFA ha reconocido ese logro como una de las primeras competiciones internacionales de peso, no lo considera formalmente un título mundial equiparable a los actuales torneos intercontinentales o el Mundial de Clubes.
Esta diferencia de criterio ha sido objeto de debate durante décadas entre aficionados, periodistas y la propia FIFA. Pero la realidad tangible es una: en la era moderna, Palmeiras todavía no levanta el preciado trofeo como mejor club del mundo.
Los fantasmas del pasado reciente
Esta no será la primera vez que Palmeiras intenta disputar el Mundial de Clubes. Ya lo hizo en tres ocasiones con resultados que, para millones, siguen doliendo:
- 1999: Derrota por 1-0 frente al Manchester United en la Copa Intercontinental.
- 2020: Caída en semifinales del Mundial de Clubes ante los Tigres de México (0-1).
- 2021: Derrota en la final ante el Chelsea (1-2 en tiempo extra).
Estos tropiezos han alimentado aún más el folclore futbolero brasileño, donde memes como “Palmeiras no tiene Mundial” se han vuelto símbolo recurrente de las rivalidades paulistas.
Un grupo desafiante: Inter Miami, Porto y Al Ahly
Palmeiras integrará un grupo tan variado como complicado. El torneo reunirá a 32 equipos, y su grupo incluye a:
- Inter Miami, con Lionel Messi como estrella máxima.
- Porto, un histórico de Europa con ADN competitivo.
- Al Ahly, el gigante egipcio y uno de los clubes más laureados de África.
“Tenemos un 10% de probabilidades de ganar este torneo”, reconocía el técnico Abel Ferreira en mayo. “Vamos a luchar por ese 10% desde nuestro primer partido. Merecemos estar aquí”.
El factor afición: del escepticismo a la ilusión contenida
Matheus Flor, aficionado del club, expresó con sinceridad la perspectiva de muchos hinchas. “La versión corta del Intercontinental sería más factible. Jugar una final única contra un europeo nos da más esperanza”, dijo. Y agregó: “Esta vez no hay tanto entusiasmo, porque sabemos que probablemente el chiste continúe”.
Y es que el escepticismo no es gratuito. Las salidas interiores y ventas inminentes, como las del joven extremo Estêvão o el defensor Gustavo Gómez, podrían dejarlos sin margen de maniobra en las siguientes fases, debilitando al equipo en uno de los torneos más competidos del panorama mundial.
Comparaciones inevitables: la sombra de los rivales brasileños
La regla tácita entre los gigantes de São Paulo es clara: quien no tiene Mundial, recibe bromas eternamente. Mientras Corinthians (2000 y 2012), Sao Paulo (1992, 1993 y 2005) y Santos (1962 y 1963) han sido campeones del mundo, Palmeiras carga con el clamor de sus 16 millones de hinchas y la ironía de sus críticos.
El trofeo, más allá del brillo deportivo y económico, representa también un fin simbólico de una era de humillación constante. “Claro que queremos acabar con la broma de una vez por todas”, afirma Flor. “Pero ningún club necesita este título para ser grande. Nosotros ya lo somos. Somos el más ganador de Brasil desde hace tiempo”.
¿Puede Palmeiras con Lionel Messi y compañía?
Tal vez el mayor atractivo mediático del grupo sea el enfrentamiento frente al Inter Miami de Messi. Aunque el club estadounidense no cuenta con la historia de sus rivales, la presencia del astro argentino le da una dimensión distinta al partido.
“Messi contra Palmeiras” ya es un titular que emociona, pero también impone respeto. El equipo verde deberá usar su experiencia, táctica y temple sudamericano para contrarrestar cualquier intento de espectáculo hollywoodense de los estadounidenses en casa.
El momento es ahora o... ¿el año que viene?
Si bien Palmeiras lidera la fase de grupos de la Copa Libertadores 2024 y está bien posicionado en el Brasileirao, esto abre otra puerta: en caso de volver a ganar la Libertadores, tendría un boleto al caso del nuevo formato Intercontinental FIFA, más corto y con final única, lo que da esperanzas.
“Es más fácil ganar un solo partido a un europeo que atravesar todo un torneo”, decía Flor. En ese sentido, el Mundial de Clubes de ahora exige una regularidad que Palmeiras aún no ha podido llevar más allá de Sudamérica.
¿Qué necesita Palmeiras para triunfar?
- Intensidad táctica: El estilo de Abel Ferreira combina defensa sólida con transiciones rápidas. Lo necesitará más que nunca frente a equipos dinámicos como Porto y Al Ahly.
- Experiencia internacional: Jugadores como Raphael Veiga y Gómez deberán liderar en momentos clave.
- Mentalidad de grandeza: Saber que son el equipo con más títulos nacionales debe convertirse en motivación, no presión.
Palmeiras y el eterno retorno
Hay una frase entre los fanáticos que resume las muchas capas de esta travesía: “Palmeiras siempre vuelve”. Y sí, vuelve a intentar ganar el mundo como volvió a imponer respeto en Brasil. Su amor propio, su rica cantera, su pasión desbordante y una directiva sólida han creado una máquina de títulos… excepto uno.
¿Será esta la edición que los alce definitivamente como los campeones del mundo? Si lo logran, el título valdrá más que el oro para sus hinchas. Será una redención histórica, una bomba emocional y el fin de una era de burlas. Si fracasan, las sombras seguirán acechando… hasta el próximo intento.